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~GJ-

otras cosas de suma importancia, y de las cuales

~e

orijinaron muchísimos males; por lo que Inocencia

XI de piado. a memoria, se vió precisado á prohibir

á la compañia que recibiese novicios, pena conmina–

da tambien por Iuocencio XIII."

"0uanc1o despues de las tempestades se esperaba

que amaneciera el día deseado, sobrevinieron tiem–

pos mas críticos

y

turbulentos en el pontificado de

Clemente XIII, llegando el desórden á tanto estremo,

que príncipes liberales con la con1pañia, se han visto

precisados á espeler de sus reinos á los individuos de.

esa órden, como único remedio para ocurrir á tantos

males

1

y

absolutamente necesario, para que los pue–

blos cristianos no se desaviniesen

y

despedasasen en

el seno de la madre Iglesia,. Y teniendo por cierto

los~mencionados

príncipes, que ese re1nedio no era

suficiente, pidieron uniformes á nuestro predecesor

Clemente XIII, la estincion de la compañia, para el

sosiego estable de sus ,súbditos,

y

el bien universa1

de la Iglesia cristiana. El no esperado fallecimiento

del Pontífice impidió el curso

y

éxito de la solicitud."

"Luego que fuimos exaltados á la cátedra de San

Pedro, se nos hicieron iguales súplicas, acompañada.s

de los dictámenes de muchos obispos,

y

otros varo–

nes muy distinguidos por su dignidad, virtud

y

doc–

trina, que hacían la misma solicitud. A fin de tomar

acertada resolucion en materia tan grave, necesíta–

bamos n1ucho timnpo, para pedir del padre de las lu–

ces ausilio

y

favor. Entre otras cosas quisimos inda–

gar, que fundamento tenia la opinion divulgada en–

tre muchos, de que la

Oompañü~

de

J

esus fué solem–

nemente aprobada

y

confirmada en cierto modo por

el Concilio de Trento,

y

hemos hallado que no se tra–

tó de élla, sino para esceptuarla del decreto general,

por el cual se dispuso, en cuanto

á

las demas órdenes

regulares, que concluido el tiempo del noviciado, los

novicios idóneos fuesen admitidos á la profesion,

y

los

demas echados del monasterio. Por lo cual e1 Santo

Concilio declaró, que no quería innovar cosa alguna

ni prohibir que la compañia pudiese servir á Dios

y