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jarnas había notado ningzm desanrglo rn el espí7'itu,
sino
una profunda melancolía,
y
cuando se le somet.ian al–
gunos negocios,
responclia- hacedlo vos, hacedlo vos.
Pero aun esta ascrcion es calumnio a. Clemente XIV
no ha perdido un solo instante la lucidez de su inte–
ljjencia. Su actividad infatigable en el curso de este
año
1773,
y
aun mas en el siguiente, pru eba que la
acusacion es un a impudente mentira. Los cardenales,
los prelados y los embaj adores, se lastimaban de que
el Papa quería hacerlo todo por sí mismo, con lo que
abreviaría sus días."
, "El P. jesuita Bo1geni no podía vengarse de una
manera mas barbara, trasmitiendo, á nombre de su
estinguida compañia, semejante relacion á la poste–
ridad, para ajar la, memorüt de Clemente XIV. De
parte de M. Cretineau-Joly es una falta mas grave
y
mas imperdonable, la de haber que:rido dar
á
esta
fi:í–
bula truncada el valor de una certidumbre abs<Glu-ta,
sin mirar la segunda
relac~on
en que ·se contradice el
autor. Ignoramos, y no deseamos saber, si le fué eo–
lntmicada, ó él la ha suprimido con designio: que cai–
ga. la vergüenza sobre aquel
á
quien pertenece. Pre–
guntamos ahora
á
todo hombre imparcial, si M. Cre–
tineau-Joly, con su método incalificable de
mutilar
y
suptimir los documentos que le desagtadan,
método que ·
ya hemos comprobado en sns obras, ' puede
m~recer
la menor fé. Los miembros de
1~
estinguida compa–
ñia acojieron
y
propagaron desde el principio esta.s
mentiras con avidez y dilij encia. Podemos juzgado
por un texto de uno de los suyos, que sin conocimien–
to de las circunstancias;· creyó conveniente embelle–
cer el cuento de la alienacion mental del Papa, añadien-
. do, que Clemente atormentado de remordimien•tos, no
pudiendo disimular que su tiara era el 'pre-cio · de
un pacto criminal, viendo que la supresion ,de los je–
suitas era el triunfo de la impiedad, de lft herejía
y
del libertinaje, y esclamando frecuentemente-"la
violencia, la violencia me anancó este breve"-com–
pulsusfeci, compulsusfeci;
absorvido dia y noche. en es–
t as ideas, que emponzoñaban todos sus momentos,