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nía hubo grandes di:ficult::tdes, nacidas principa1mel1..–
te de losjesuitas, que se sirvieron .: de la debiliqad de
algan.ospríncipes para oponer pretestos de resisten-·
cia á laSanta Sede. El ex-jesuita Feller inundó todos
los diarios de Alemania, de Holanda
y
ele Béljica de
artículos envenenados contra el Papa, aun a.p.tes de .
que apareciese el breve; y mantenía una vasta corres–
pondencia con los jesuitas de Francia
y
de Italia, que
le enviaban fábulas :fmentiras: cuando el breve se hi–
zo público, Feller no guardó ninguna medida. En
Polonia no encontró ninguna dificultad el breve de
supresion. Los amigos de los jesuitas no quedaron
.ociosos; pero salieron desairados; y para vengarse, pu–
blicaron muchos libelos sediciosos contra dicho breve.
En las provÍJ;lCias polonesas, que fueron cedidas
á
la
Pn1.sia
y
á la Rusia, del 1nisiJlo modo ql1e en la Sile–
sia prusiana, los jesuitas mismos tuvieron la debilidad
de prevalerse de la proteccion que le daban príncipes
no católicos, haciéndose culpables de una grave y pú–
blica desobediencia á la Santa Sede.
El embajador del
,general de los ignacianos
cle,bió haber adquirido una gran–
de influencia en el espíritu de Federico II, que súbi·
tamente se declaró protector de los jesuitas, cuando
seis meses antes repeliera las insinuaciones del emba–
jador. La emperatriz Catalina se opuso tambien á la
publicacion del breve. El nuncio de Varsovia no per–
dia
oca~ion el~
:(lacer sentir
á
los jesuitas prusianos y
ruso.s la impropiedad é indignidad de una conducta
que les hacia preferir los deseos de los soberanos he–
terodoxos á las decisiones de la Santa Sede.»
[314
J
"$i
en
~rf;tncia,
como se ha visto, fu.é recibido el
brev~
CQn vetleracion por los obispos
y
por el Rey, el
·padre jesuita Urilliere, de la familia ducal de este nom–
bre, tuvo la ÍmJ)rudencia de vertir en un sermon de
San Franci.sco
(T
avier algunas espresiones, que le nle–
recieron una represion del arzobispo de París,
y
que
fuese suspendido. Y no obstante, se forjó una carta
de este arzobispo al Papa, en los terminas 1nas amar–
gos é insolentes, con 1notivo de la estincion de la com–
pañia, que no comenzó á circular
~ino
algun tiempo