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jesuitas de Silo,sia hizo una impresion profunda en
las cortes católicas de Europa." [315]
El
último
~wto
ele Clen1ente
XIV
á
favor de los je–
suitas
fué
á
los cinco dias antes ele
su
1nuerto.
Con~
solado ' de la prueba de sumision ele los que
Tesi~
dian en Brauns-berg, les pern1itió continuar en sus
empleos,
y
para recompensar los servicios que habian
prestado en las escuelas, se
l~s
'con-f-iriesen prebendas,
quedando facult9"dos para aceptar toda especie de em–
pleos eclesiásticos con la autorizacion episcopal.
Es–
te decreto solen1ne de
17
de Setien1bre de
1774
es la
1nejor respuesta
á
los pretendidos breves de
7
y
29
de
Junio del mismo año, atribuidos falsan1ente á este
Pontífice
y
fabricados no se sabe por quien.
El
pri–
nú~ro
se supone clirijido al Obispo de Vannia,
y
el
Papa le 1nanifiesta su regocijo, porque la Compañia
de
J
esus se conservaba en Prusia
y
en Rusia;
y
en el
segundo revocaba el breve ele supresion. Con este
n1otivo se supuso ta.mbien que P io
VI
sucesor
ele
Cle–
lnente XIV dijo al
P .
Benisla.wski, ex-jesuita, que
aprobaba la Compañia el e Jesus existente en la Rnsia
Blanca-approbo societatem Jesu in AlbaRusia degen–
tem: appTobo, approbo. 1-J
os limitaren1os
á
observar con
un
profundo sentinliento, que
á
consecuencia de esta
imprudente asercio:n de BenisÜlW'"ski, Pio
"Tli
se Yió en
la triste necesidad de onYiar
á
loo reyes de Francja,
España,
N
ápoles
y
Portngal breves, en que protesta–
ba ele la n1anera mas solc1nne, que
jahw.s
habin.
pen–
sado, ni peusaria jarnas en hacer el n1enor ataque al
breve ele abolicion, emanado de sn glorioso predece–
sor Clemente
XIV,
;;r
decbraba nu1o
y
sin valor cuan–
to se hubiese hecho en la
Ruún,
Blancft contra dicho
breve." [3161
407. I-Iablaremos ele los últimos
clia.s
de Clemente
XIV, para hacer n1emoria tle la alegria que manifes–
taron los enemigos de la supresiou de la con1pañia,
y
las patrañas que jnventaron al caso.
"N
o podemos