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gt•acia mi sma, esta
cosa sagrada,
no puede pe1judicar
á la justicia. Por ejemplo, y sea uno entre muchos
casos-la deuda del P. La-Vallette subía
á
2.400,000
li–
bras, y la com11añia poseía-en la Martinica
4.000,000";
(297);
lo que quiere decir en pocas palabras, que se ha–
cia entre los jesuitas acumulacion de caudales por
diferentes vías, y entre ellas por el comercio: juicio que
forma la opinion, independientemente de la senten–
cia de los jueces. Sigamos la r elacion, y ella vendrá
en apoyo de lo que decimos.
"Los jesuitas, dice el historiador, no guardaron
circunspeccion en su despecho, y tronaron contra los
majistrados que acababan de condenarlos sin oü·los:
el Parlamento de Paris los trató como á sedicio-
Eos .........El Duque de Aiguillon fué nombrado co-
mandante en Bretaña, y contra él hubo quejas á cau–
sa de sus vejaciones: el Parlamento prestó oído
á
las
quejas, y el procurador de Chalotais tomó la palabra
con vehemencia. Este era el mismo que había hecho
contra los jesuitas la relacion fogosa, conforme
á
la
cual pronunció elParlamentoladisolucion
~e
la com–
pañia. Tenia esta numerosos partidarios en
l~
pro–
vincia, muchos nobles a:fljidos,
y
aun miembros de la
compañia: ellos unieron su resentimiento al delco–
mándante, quien fuerte con el apoyo, obró sin Inira–
miento. Los majistrados se quejaron á la Corte y die–
ron sn dimision. La-Chalotais padre é hijo fueron
aprisionados con tres consej eros. E l juicio fué segui–
do con tanto ardor y tanta violacion de las formas, y
tantos rigorosos tratamientos, que no podia deja1; de
verse la mano de la venganza. La condenacion de
los majistraclos estaba resuelta de antemano en Ver–
saiUes, los prisioneros fueron trasladados á la Basti-
• lla. Mas cuando se creía que el negocio iba á seguir–
se con la mayor actividad, descubiertas las vergon–
zosas maniobras que se habían empleado, declaró el
Rey, que
no
queria encontrar culpables ni que hu–
biese juicio, y mandó suspender todo procedimiento.
Los prisioneros salieron de la Bastilla, pero no fue–
ron restablecidos en sus funciones, al contrario, fue-