Previous Page  250 / 408 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 250 / 408 Next Page
Page Background

-

2-U-

'Tan distante se halla

1m

el Rey ele abrigar resentimien–

tos personales contra los jesuitas, que le tenia fiada

la educacion de todos sus hijos; pero estos regulares,

á quienes solo podía contentar su restauracion en el

.antígno_poder arbitrario, se decidieron á obtenerla,

trazando el plan de conmover t oda la monarquía, en

términos que se debió

á

una singular proteccion del

omnipotente, que no estallára una guerra civil. Y co–

mo el celo por la r elijion católica distingue tan Jeji–

timamente á España, sembraron indignas voces de

que el Rey

y

sus ministros eran herejes, ele que estaba

.decadente la relijion,

y

se cambim1a dentro de pocos

años, con otras horribles calumnias, vertidas al prin–

,cipio en pláticas privadas,

y

despueH en sus ejercicios

_y

sermones, hastá que por sí

y

por órgano de sus par–

ciales declamflxon descaradamente contra el gobierno

y sus providencias. A esta mftxima perniciosa añadie–

ron la de fmjar misteriosos augurios contra la dura–

cion del reinado de Carlos III

y

su vida,

y

así desde

1760 esparcieron, que moriría antes de seis años.

J

un–

tamente presajiaron motines

y

desgracias desde el púl–

pito, tradujeron innumerables pap-eles

y

libelos contra

SlJ

espulsion de Portugal

y

Francia,

y

espendiéndolos

clandestinamente, introdujeron la desconfianza

e~1

cuerpos

y

personas respetables, para formar uua coh–

gacion peligrosa á todos."

"Ya preparados los ánimos tras ]argo tiempo, los je–

suitas mas principales é intrigantes celebraron juntas,

y

de resultas prorumpió aquella cábala en el motin de

Madrid, comenzado el Domjngo de Ramos,

y

roto

el freno de la subordinacion, hal1óse trasformada la

villa en teatro de desórdenes, de homicidios, de im–

piedades hasta con los cadáveres,

y

de blasfemias con–

tra el :Monarca. Pronto se vió que el ah'na de la cons–

piracion tenia miras mas altas,

y

que solo para in:fia–

,mar á la muchedumbre se hizo uso de aquel pretesto.

Los instigadores tomaron el nombre de

s(Jldados de la

fé,

calumniaron de inmoral al :Monarca, supusieron

disgustos con el Príncipe de Asturias,

y

no se perdo–

nó modo, por vedado

y

calumnioso que fuera, para co-