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providencia económica é indispensable, á

]a,

cual se

h::tbia determinado, despues de un exámen detenido

de profundas reflexiones. Clemente XIII, le res–

pondió en un breve lleno de ternura

habilidad, para

fortalecer los argumentos contra la providencia adop–

tada,

esclamando con la famo sa y patética fease de

César á Bruto-¡tú

tarnbien, hijo

mio! Despues califi–

caba de inocente el cuerpo, y de piadoso y útil y san–

to el instituto y el espíritu de la compañia. Nada se

olvidaba de cuanto podía impresionar el ánimo de

Carlos III: le traía oportunamente á la memoria, que

la compañia tuvo nacimiento en Espa

ña; que

sin di–

verjencia de pareceres sustentaron los jesuit.as· el mis–

terio de la Inmaculada Concepcion: que su esposa

desde el Ci elo quizá le recordaba su afecto

los hi–

jos de San Ignacio; y le suplicaba que no sumerjiera

su ancianidad en el llanto y le precipitára al sepúl–

cro, avanzándose hasta el estremo de insinuar dudas

acerca de la salvacion del :Monarca."

''El Rey dijo en contestasion al Papa que "su bre–

ve le había llenado de amargura, no habiendo hijo

que no se enterneciera en viendo

su padre en aftic–

cion

anegado en llanto: que le dolían mas sus penas;

por creerlas orjjinadas de no haber considerac1o cabal

la solidez de las razones que le habían movido á la

providencia adoptada, razones fuertes é indestructi–

bles; y que nunca había perdido de vista en este asun–

to la rigurosa cuenta, que debía dar algun dia sobre el

gobierno de los pueblos."

<..

"Carlos III escribía así á un confidente suyo-"ca–

da diaestoy mas contento y satisfecho, pues siempre

mas veo la indispensable necesidad que babia ele ha–

cerio,

antes bien con los papeles que estoy viendo

todos los dias, de los que se les han cojido en sus co–

lejios~orijinales,

veo lo cortísimos que os habeis q"tie–

dado.'' [299] Cuando el Nuncio Pallavicini escribía

al Cardenal Torregiani, le decía, segun la rélacion de

Theiner--"la decision del Rey de España debe haber

hecho un geantle éco en Francia

Portugal, pues ella

proviene de un Príncipe, no solamente lleno de una