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~

mal fin? No, por lo mismo de repetir con ese

autor~

que la fatiga se hacia con mal fin. ¿Le imputaba de–

cir, que no hahia culpa en fatigarse de intento en la

accion emprendida con mal fin'? Tampoco, sino que

suponiendo la culpa, echaba únicamente en cara á Fi·

lliucio, que aun en ese caso eximia del ayuno á su

fa~

tigado. El silencio respecto ele lo demas

np

dismi..

nuia la ju..sticia del cargo, como no lo disminuía el

h aber omitido el otro ejemplo do fatigarse por ir

á

matar á un enemigo, que Fillincio traía, y de que Paso.

cal no hizo mencion; y como nada, hacia falta al pro–

pósito de aquel, que no se leyesen en su texto los nom–

bres de Ran Antonino, l\Iedina y Silvestre, que hubo

leido el P . Daniel, y que no e encuentran en el texto

de Filliucio, segun la ec1icion C)_ne tenemos

á

la vista

de

1622

en Leon. :Marchaba pues el señor Pa. cal di–

rectamente y sin rodeo:· á su intento; suponía la cul–

pa cometida en fatigarse con mal fin,

y

en fatigarse

de intento para no ayunar·

y

lo nponia, no solo ájui–

cio suyo, sino tambien á juicio de lo padres de la

com1 añ ia) y hacia una trausicion delr unto del ayuno

al ot ro de las ocasiones próxima . ¿Para qué pues re–

conviene el

"P.

Daniel al enor Pascal, porque "de

dos ej emplos <lo que, e servía Filliucio para e plicar

SU

pen.'amiento, rascal deja el

UllO

y

O

coje el otro?"

Ya lo hemos dicho, sin que

'll

la. omi,·ion hubiese una

cie7'ta mal(qna afectada.

El

P.

Daniel estaba muy pica–

do,

y

se desahotral>a: Pa cal ern, "capcioso, maligno)

falsificador, calumniador, así como su defen or \Ven–

drok

(.r

icole) Yomitaba iuj nrias contr::t los j e uitas co–

mo un

carr~tero,

y

j

nraba como un carretero enfanga–

do." El propio Daniel tenia vero·üenza de lo que de–

ciar-"]a comparacion no es delicada, pero es

muy

es~

presiva."

En justificacion de Filliucio

y

en acriminacion de

P ascal, docia el P. Daniel; "¿qnerin, Pnscal que ayu–

nase el din, siguiente de haberme sangrado de brazos

y

ele piés hasta el

el

liqnio"?

N

o, contestamos nos–

otros: el señor Pascn,l habría dicho al P . Da.niel' que

no aynnasr; pero su

sangría

no era el

CfLSO

de la

fa-

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