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que rne valí. lffas conociendo mejor la intencion de

U.

de~

claro, que ya no hay nada que me pueda impedir de tener

á

U. por hombre de ingénio perspicaz, de doctrina profun–

da

y

ORTODOJA,

de costumbres

IRREP~ENSIBLES,ypor

dzgno

cura de su Iglesia. Hago esta dectaracion con todo gusto,

y suplico

d

los señores que están presentes, que se acuer–

den de ella.

Bien se acordaron, padres mios,

y

queda–

ron mas escandalizados de la reconciliacion.

N

o dice

el P. Alby que viene

á

retractar lo que ha escrito, no

declara que erró, sino que cree que el modo de que

se valió,

le era permitido.''

·

"¿Dónde teneis el juicio;padres mios, cuando

mos~

trais publieamente,' que vosotros medís la

fé y

la vir-t

tud de los hombres,

á

proporcion del afecto que tie–

nen

á

la compañia? De manera que cuando se vé en

vuestros escritos, que tratais

de

herejes á tantas per-·

sonas católicas, esto no quiere decir otra cosa, sino

que

vosotros creeis que os acometen.

Vosotros fo1:jais

escritos, j)ara que vuestros adversarios incurran en la

indignacion yódiodetodo el mundo. Forjasteis

lacar–

ta de un ministro henje

al doctor Arnaldo, y la publi–

casteis para persuadir que el libTo

'de la frecuente comu–

nion

fuera con1puesto con intervencion de los herejes.

Otras veces atribuis

á

vuestros adversarios· papeles

llenos de impiedad, como

la carta circular de los janse–

nistas.

Algunas veces citais libros que jamas existie–

ron, de donde sacais pasajes fabricados, que hacen

erizar los cabellos; porque

no

hay género de calum–

nia de que- no os hayais valido.

N

o podía estar en me–

jor mano la doctrina de que, se puede calumniar."

"Habeis hallado otramáxima mas sutil, como cuan–

do el

P.

Bricasier dice, que sus adversarios

cometen

delitos abominables, peto que no quiere descubrirlos.

Mas

un padre capuchino halló el secreto de confundiros,

diciendo así-"pareced, acusadores mios: publicad so–

'rc

bre ros techos, cuanto habeis dicho al oido,

rnintien–

((

do descaradamente.

Si lo que-habeis dicho de mí es ver–

re

dadero, probadlo, ódaos por convencidos de haber di-

1(

cbo unamentira llena de impudencia. Quiero irritar

) vuestra vergüenza, para que

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couozca, que si callais,