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y
justicia,
y
pues hay utilidad, hay juicio tambien.
Y
si el que pregunta, exije
ju1~amento
do decir la verdad
sin ninguna equivocacion, aun así pued s usar de ju–
ramento anfibológico
y
cle r estriccion, enJ.:;endiendo que
jurarás sin equivocacion injusta. Porque no hay pro–
posicion tan ámplia, que no pueda tener en la mente
alguna restriccion.
·
El P. Juan Dicastillo resolvía la propia cuestion de
esta manera,-"si solamente ha jurado decir la ver–
dad y. no otra cosa, en tal caso puede
servirs~
de
equivocacion ó restriccion, pues de -este modo dice
siempre la verdad y cumple eljurmnento. Si juró ,que
babia de responder claramente
y
sin re-striccion ni
equivocacion, aun entónces hay que distinguir. O ju–
ró sin voluntad ni ánimo aun virtúa] de usar del re–
Inedio de la equivocacion,
y
en tal caso está obligado
á decir enteramente la verdad; ó juró de tal manera,
• dispuesto espresa ó virtualmente, á que si supiera que
habia otro remedio, no juraría en ese sentido, sino que
queria usar de su derecho del mejor modo posible
(como
ha de suponerse que se jura en tales casos) po–
drá usar de equivocacion, salvo mejor juicio."
[231]
§
89
363.
Es notable en las máximas de los probabilis–
tas la que se ocupa en tratar del método de
dirijir la
inte
ncion,y no podemos dar principio á esta materia
de
una.Iu,anera mas adecuada, para llamar la atencion
de nuestros lectores, que copiando lo que el gran Pas–
cal dejó escrito en su carta
7~
haciendo hablar así al
· P. jesuita-"Es de tanta importancia en nuestra doc–
trina moral, que casi osaría comparax con la doctrina
de la probabilidad el método de clirijir la intencion.
No dudo que habrás visto algLtnos perfiles en algunas
máximas que te dije. Porque, cuando te enseñé có–
nw los criados pueden en conciencia llevar recados
inhonestos, ¿río reparaste que esto se podia hacer con
solo desviar la intencion del mal que por su interven–
cion se comete, para dirijirla al lucro que sacan? mi·