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método que emp lea en sus artículos: el P.

Yi·~-a

así

decia-"por esto que acabo de espresar, queda con–

testada la primer¿) razon de la sentencia opuesta.'' (225)

La

sentenci~

opuesta era

h;

proposicion condenada.

_A..lejandro VIII, condenó la p1·opos:.cion que soste- ·

· nia, que "el pecad

:filosófico, que era el acto huma–

no disconfor 1e

á

la recta razon

y

á

la naturaleza ra–

cional, aunque pecado grave, en aqu 1 que ignora

á

Dios,

ó

actualmente no piensa en Dios, no era pecado

mortal ni disolvía la amistad de Dios, ni merecía pe–

na eterna." El P . Viva asegura, que "por mala vo–

luntad fué desfigurada ,le tésis sostenida por el profe–

sor de Dijon, pues segun la mente de éste espTesada

en los manuscritos, las palabras tl3nian diferente sen-·

tido del que aparece en la proposicion condenada. El

profesor hablaba del que pecaBe con entera ignoran–

cia

ó

inadvertencia acerca de Dios, solo eri un senti–

do condicional }

7

no absoluto; pues si hubiera igno–

rancia invencible de Dios, en aque] que peca, ese tal

no ofendería

á

Dios, lo que no pocos doctores ense–

ñan,

y

no se eonrlena en la tésis proscrita." El docto

Concina se espr.esa así-"para defender . al profesor,

debiera trn,er el P. Viva algun texto de la conclusion

defendida publicamente,

ó

d,e Jos ma1¡u critos conque

mostrase, ser la doctrina ele este diferente de ]a conde–

nada; pero en el h.echo de defender al profesor, lo ha–

ce autor de la doctrina conclenadtt: porque el profe-

~

sor, díce el P .

Vi,~a,

hab1ade aquel que peca con ple–

na ignoranci8J

ó

inadvertencia rle Dios,

y

este es pun–

tualmente el error conc1enado." (226) Ello es que el

P. Viva apela

á

manuscritos diferentes de la tésis

presentada

á

Alejandro VIII;

á

la mr11a -voluntad de

los adversarios; á la ignora.ncia invencible,

y

al senti–

do condicionado

y

no absoluto, para bn::-ca.r

1

textos

y

sentidos en la pl·oposicion condenada, ele Jos que pu–

diese decir-no están condenados, pueden defenderse,

y

la

do ct1~ina

acerca del pecado filosófico no está abso–

lutamente condenada.

Mucho mas pudieramos registrar en la

trutina theo–

lógica

del P . '\Tiva, qne presenta campo vasto con el