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pecto dG otras ·provisiones se encuentran bien presto

sin tener de que vivir. Proviene esto de un apetito

devorante?. que los pone en estado de volver á comer,

poco despues de haber c01nido. Algunas veces mata-

• ban los bueyes de labranza para comerselos, escusán–

dose con que tenían hambre; por lo cual fué preciso

ponerles vigilantes. A

pes~r

de todas las

prec~ucio­

nes, es

preciso ~

recurrir con frecuencia

á

espedientes,

para hacer subsistir muchas familias hasta el cabo del ·

año; porque no se sufre que haya mendicantes en es–

ta República, de temor al hurto y la pereza: los pe–

rezosos son condenados á trabajar los ca1npos reser–

vados, á los que se les dá el nombre . de-la

posesion

' de Dios.

Se obliga tambien á los pa4res de familia á

enviar ahí sus hijos, para formarlos y acostumbrar–

los al trabajo: á nadie se le deja jamás ocioso."

"Resulta de esta policía una union perfecta y ad–

mirable. No hay procesos ni querellas:

no hay mio ni

tuyo;

porque es no tener nada suyo, estar siempre

dispuesto á partir lo

poco

que se tiene con los necesi–

tados, y ocuparse tanto y 1nas de los otros que de sí

mismos. Una sola cosa falta, por no haber fondos–

hospital y botica."

265. "Respecto del gobierno espiritual, los pasto–

res inmediatos no se consideran sino como los ins–

trumentos de los primeros pastores; y los misioneros

no han conducido á su perfeccion estae;rande obra sino

de consentimiento y bajo la autoridad de los obispos,

sin afectar independencia. Cuanto se ha publica–

do contra ellos, se ha disipado por. sí mismo, ó ha sido

refutado por los mas santos prelados del Paraguay,

del Tucuman y de Buenos-Ayres. Ellos no han usa–

do de los privilegios de la Santa Sede, sino como los

regulares mas sometidos; y aunque los reyes católi–

cos los autorizaron á establecer reducciones donde

juzgasen á propósito, y gobernarlas bajo la direccion

de sus superiores, cuando los obispos han enviado

otros pastores, no han puesto dificultad en .ceder el

lugar, aunque previendo la disipacion del rebaño.

Las visitas de los

obi~p~~

no son frecuentes por las