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logos de los suyos, produjo dos malísimos efectos; el

primero, ser prohibida su obra por ¡a Santa Sede;

y

el segundo, que en vez de quitar del ·mundo la falsa

opinion de que la compañia enseñase sentencias rela–

j adas, la fomentó mas: que se veía promovido en tal

obra el probabilismo, ele donde dimanaban las opi–

niones laxas: que en la práctica parece que no había

en la compañia la libertad de impugnarlo: que algu–

nos que lo practicaron, tuvieron que disfrazarse con

otro nombre: .que no solo muchísimos j esuitas em–

prendieron con gran valor la defensa del'probabilismo,

y

no solo publicaron inumerables apologías á fa-vor

de él, sino que divulgaron que todos los doctores de

la .compañia enseñaban el probabilismo: que otros es–

critores han asegurado lo mismo,

y

entre ellos el pa–

dre Claudia

Lacroix- jeré omnes é societate J esu.

(164)

336. "E l P. Tirso Gonzales, ·de la misma compa–

ñia se propuso escribir un tratado que intituló-fun–

damento de la teología moral,

en que impugna el probabi–

lismo; y viendo que lo enseñaban no pocos de ]a com–

pañia, y que con esto se fomentaba la persuasion de

que tambion se enseñaban en ella las opin'iones laxas,

det erminó dedicar el libro á su general el P.. Juan

P aulo de Oliva, para desmentir así la fama esparcida.

El Padre general nombró cinco revisores,.

qui~es

juzgaron no era conveniente t]_ue se imprimiese se-

. mej ant e doctrina, menos á propósito'para encaminar las

almas en dulzura y suavidad al cielo. H izo el P. Tir–

so varias instancias, para que dejándose . intacta la

substancia de la doctrina, mudasen los accidentes

que no les agradaban; pero despues de cansado reco–

noció, que lo que desagradaba en su libro era princi–

palmente la substancia de la doctrina. P ero si la obra

del P. Gonzales fué mal vista ele sus ca-hermanos,

tuvo otra suerte cerca del Sumo Pontífice Inocencio

XI,

por cuyo mandato fué remitida á Roma,

y

encar–

gada al exámen de dos teólogos de los mas doctos,

quienes la aprobaron en términos muy_ espresi-vos y

satisfactorios. El Papa deseaba, que el P. Gonzales

imprimiese su li.bro; pero como el jBsuita

snplicab~