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logos de los suyos, produjo dos malísimos efectos; el
primero, ser prohibida su obra por ¡a Santa Sede;
y
el segundo, que en vez de quitar del ·mundo la falsa
opinion de que la compañia enseñase sentencias rela–
j adas, la fomentó mas: que se veía promovido en tal
obra el probabilismo, ele donde dimanaban las opi–
niones laxas: que en la práctica parece que no había
en la compañia la libertad de impugnarlo: que algu–
nos que lo practicaron, tuvieron que disfrazarse con
otro nombre: .que no solo muchísimos j esuitas em–
prendieron con gran valor la defensa del'probabilismo,
y
no solo publicaron inumerables apologías á fa-vor
de él, sino que divulgaron que todos los doctores de
la .compañia enseñaban el probabilismo: que otros es–
critores han asegurado lo mismo,
y
entre ellos el pa–
dre Claudia
Lacroix- jeré omnes é societate J esu.
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336. "E l P. Tirso Gonzales, ·de la misma compa–
ñia se propuso escribir un tratado que intituló-fun–
damento de la teología moral,
en que impugna el probabi–
lismo; y viendo que lo enseñaban no pocos de ]a com–
pañia, y que con esto se fomentaba la persuasion de
que tambion se enseñaban en ella las opin'iones laxas,
det erminó dedicar el libro á su general el P.. Juan
P aulo de Oliva, para desmentir así la fama esparcida.
El Padre general nombró cinco revisores,.
qui~es
juzgaron no era conveniente t]_ue se imprimiese se-
. mej ant e doctrina, menos á propósito'para encaminar las
almas en dulzura y suavidad al cielo. H izo el P. Tir–
so varias instancias, para que dejándose . intacta la
substancia de la doctrina, mudasen los accidentes
que no les agradaban; pero despues de cansado reco–
noció, que lo que desagradaba en su libro era princi–
palmente la substancia de la doctrina. P ero si la obra
del P. Gonzales fué mal vista ele sus ca-hermanos,
tuvo otra suerte cerca del Sumo Pontífice Inocencio
XI,
por cuyo mandato fué remitida á Roma,
y
encar–
gada al exámen de dos teólogos de los mas doctos,
quienes la aprobaron en términos muy_ espresi-vos y
satisfactorios. El Papa deseaba, que el P. Gonzales
imprimiese su li.bro; pero como el jBsuita
snplicab~