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Tomas." El mismo tuvo cuidado de advertir, que "e1
P. Gabriel Vasquez, fué el primer jesuita que defen..
dió la opinion menos probable;
y
era .preciso confe–
sar con sinceridad, ser evidente impostura la de aque–
llos que hacían
á
los jesuitas -primeros inventores del
probabilismo." Observa despues, que "el P. Tomas ·
Sanchez defendió el probabilismo en toda su esten–
sion, sosteniendo el uso de la opinion menos proba–
ble en la administracion de los sacramentos, medici–
na de los cuerpos
y
en materia de justicia,
y
que la
autoridad de escritores de la compañia
y
fuera de
ella, sirvió de estímulo eficacísimo á otros teólogos
para de?lara!se por
.el1iart~c~o
probabilístico: que el
P. MuelO Vüelesch1, prepósito general de la compa–
ñia exhortó
á
los religiosos de ella,
á
que en su ense–
ñanza
y
escritos, en vez de
decir-puede alguno defen–
derla- es probable-no carece de autor
&~
se aplicasen
á
las sentencias mas s·eguras y apoyadas por los auto–
res mas graves
y
de mayor nombre."
[163]
335.
Observa el mismo, que en época posterior "los
muchosjesuitas que escribieron en defensa del probabi–
lismo, causaron no pocopmjuicio á]a c01npañia, porque
dieronocasioná sus contrarios de publicar, que la doc–
trina del probabilismo era doctrina de su religion, y por
.la misma razon porque atribuyeron
á
la compañia el
probabilismo, la
~tribuxm
tambien opiniones laxas
y
menos sanas: que en medio de tantas turbulencias
compuso el P. Honorato FabTo una defensa de la doc–
trina moral ele la compañia, llevando el libro la apro–
bacion de nueve hermanos suyos, y sosteniendo en
ella que como a1gunos casuistas de la moral relajada,
que no eran jesuitas, habían recorrido á rienda suel–
ta el campo ele la moral, celosos anti-probabilistas, al
·emprender reprimir su demasiada licencia, propa–
saron los justos límites de su celo·, y se atrevieron
á
.asaltar los monumentos lucidísimos de los padres de
la compañia.Tomas Sanchez, Fernan<,lo Castro-palao,
y
de otros muchos compañeros de
e~tos, .
y
aun '
al
mismo probabilismoparaestermi.nar]odel mundo: que
este método del P. Fabro, aprobado por nueve teó-