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su trato con los príncipes,
y
de cuanto puede cauti–
var
á
los jóvenes: se les hará notar el aseo del refec–
torio, la comodidad de los aposentos, la agradable
conversacion que tienen los nuestros entre sí; la sua–
vidad de nuestra regla
y
el tener todo por objeto
la
mayor gloria de Dios:
se les mostrará la preemi–
nencia de nuestra 0rden sobre todas las demas, cui–
dando de que las conversadones que se les tengan
sean divertidas al paso que de piedad.
3.
o
Al proponerles el estado religioso, cúid.ese de
hacerlo como por revelacion
y
en general, insinuán–
doles luego con sagacidad la bienaventuranza
y
dul–
zura de nuestro instituto sobre todo otro;
y
entre la
conversacion se les hará entender el gran pecado
que se comete contrariándose á la vocacion del Al–
tísimo: por fin, se les inducirá
á
hacer unos ejerci–
cios espirituales que los iluminen acerca de la elec–
cion de estado.
4.
0
Se hará lo posible para que los maestros
y
profesores de los indicados jóvenes sean de la com–
pañia,
á
fin de vijilar siempre sobre esto
y
aconse–
jarlos; mas si no se les puede reducir, se les procu–
rará privar de algunas cosas, haciendo que sus ma–
dres lel:> n1anifiesten apuros
y
estrechez de la
ca~-sa
para que se cansen de tal género de vida,
y
si, final–
mente, no se pudiere conseguir que de su voluntad
entren en la Sociedad, deberá trabajarse porque
~e
les mande á otros colegios de los nuestros que estén
léio~,
como para estudiar,
procu~ando
impedir que
sus madres les den muestras de cariño,
y
continuanA
do al mismo tiempo por nuestru parte en atraerlos
por medios suaves.