.- "73
ña
y
cautela, atendiendo
á
la
inconstancia natural
de la mujer,
6.
0
Es menester
evitar
hábilmente que frecuenten
otras
igle~ias,
en particular las de conventos; pnra
lo cual se les recordará
á
menudo que en nuestra
órden están reunidas cuantas indulgencias han con·
seguido parcialmente todas las demas corporaciones
religiosas.
7.
0
A
las que se hallen en el caso de vestir luto,
se les aconsejará trajes de corte agraciado, que rAu·
nnn
á
la vez el aspecto de la mortificacion
y
el del
adorno, para distraerlas de la iclen de hallarse diri·
jidas por un hombre extraño al mundo. Tambien,
con tal que no sea muy peligroso 6 expuesto parti–
cularmente á volubilidad, podrá concedérseles, co.
mo se mantengan consecuentes y liberales para con
la Sociedad, lo que exija en ellas la sensualidad,
siendo con moderacion y sin escándalo.
8.
0
Deberá procurarse que en casa de las viudas
haya don0ellas honradas, de familias ricas
y
nobles
que poco á poco se acostumbren á nuestra direccion
y
método de vida,
y
se les rlará una directora, ele–
jida
y
establecida por el confesor de la familia, pa–
ra que permanezcan sumisas siempre á todas las re·
prensioneR
y
hábitos rle la compañia; y si alguna no
quisiere avenirse
á
todo, deberá enviarse
á
casa de
sus padres 6 de los que las trajeron, acusándolas
lueg8 de extravagancia y de carácter díscolo
y
cho–
cante.
9.
0
El cuidar de la salud de las viudas y de pro–
porcionarles algun recreo, no es de menor impor–
tancia qne el cuidar de su sal vacion;
y
así, si se que–
jaren de alguna indisposicion, se les prohibirá el
ayuno, los cilicios y la disciplinn, sin permitir que
vayan
á
la iglesia; mas continuará la direccion cau–
ta, y secretamente en sus casas; se les dará entrada
en
el huerto
y
edificio del colegio, con tal que se ve-
tO