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relativamente
á
sus negocios particulares,
en que
se
procurará penetrar.
9.
0
Se le deberá hablar tambien de hombres
que
la disgusten,
y
si se tiene noticia de alguno que
le
agrade, se le representará como hombre de mala vi–
da, procurando por estos 1nedios que se disguste de
unos
y
otros, repugnándole el enlazarse
á
ninguno.
10. Cuando el confesor estuviere ya convencido
de que ha decidido seguir en la viudez, con vendrá
que le aconseje dedicarse
á
la vida espiritual, p8ro
no á la monástica, cuyas incomodidades se le debe·
rán mostrar al vivo: en una palabra, se convie-ne
hablarle de la vida espiritual de Paula y de Eusta..
quio, etc.
Se conducirá el confesor en tét·minos de
que despues de un voto de castidad de la vida, á lo
menos por dos
6
tres años, la haga renunciar para
siempre
á
segundas nupcias. En este caso
1
ya se
le habr1tn de impedir toda clase de relaciones con
los hombres,
y
aun las di versiones entre sus parien–
tes
y
conocidos, protestando que debe unirse mas
estrechamente á Dios. Respecto á los eclesiásticos
que la visitaren
ó
á quienes ella fuere á visHar, cuan–
do no sea asequible apartarlos á todos, se trabajará
para que los que trate, sean de los recomendados
por los nuestros
6
por los que están
á
nuestra devo–
cion.
11.
En este estado, se procurará escitarla á dar
limosnas, bajo la direccion, se supone, de su padre
espiritual; pues es de suma importancia el emplear·
las con utilidad: mas cúidese de que haya discrecion
en el consejo, haciéndole ver que las limosnas desa–
certadas son con frecuencia causantes de muchos
pecados,
ó
sirven
á
fomentarlos en términos que ni
fruto ni mérito produce¡¡,