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para con
la
compañia: tambien les deberán constar
sus nombres, para poderlos insinuar con maña
y
en
ocasion oportuna
á
los príncipes, bien por sí mismos
ó
por medio de otros.
4.
0
Los predicadores
y
confesores tendrán siem–
pre presente que se deben comportar con los prín–
cipes amable
y
cariñosamente, sin chocar jamas con
ellos ni en sermones ni en conversaciones particu–
lares, procurando que desechen todo temor
y
exhor–
tándoles en particular
á
la fé, la esperanza
y
la jus–
ticia.
5.
9
Nunca admitirán regalos hechos á cada uno
en particular, sino que por el contrario, pintarán la
· estrechez en qne se halla la Sociedad
ó
el colegio,
como á todos consta, teniendo que satisfacerse con
disponer cada uno de un cuarto en la casa, modes.
ta1nente amueblado,
y
advirtiendo que su traje no
consiente demasiado esmero,
y
acudirán con pronti·
tud al auxilio
y
consuelo de las personas mas mise–
rables del palacio, para que no se diga de ellos, que
solo les agrada servir
á
los poderosos.
6.° Cuando ocurra la muerte de algun empleado
en palacio, se debe tener cuidado de hablar con an ..
ticipacion, para que recaiga el nombramiento de su·
cesor en uno afecto
á
la Socied11d, pero procurando
evitar toda sospecha de que se intenta usurpar el
gobierno al príncipe; por lo cual no deberán los
nuestros, como se ha dicho, tomar una parte directa,
sino que convendrá valerse de amigos fieles
ó
indul·
gentes que se hallen en posicion de atizar el ódio de
unos
y
otros, si llegare
á
encenderse.