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ciusiones,

y

si puede ser provechoso, darles c01nidas

y

saludarles de diversos modos.

12. Será muy conveniente tomar

á

nuestro cuida–

do la reconciliacion de Jos grandes en las riñas y

enemistades que los dividen ; pues de

e~te

modo en–

traremos poco

á

poco en conocimiento de sus mas

íntimos a1nigos

y

secretos,

y

serviremos

á

aquel de

los partidos que mas en favor nuestro se presente.

13.

Si estuviese alguno al servicio de un monarca

ó príncipe,

y

fuere enemigo de nuestra Sociedad, es

preciso procurar bien, por nosotros mismos,

6

mejor

aun por otros, hacerle amigo de ella empleando pro–

mesas, favores

y

adelantos que se le proporcionarán

por el

mi~mo

monarca ó príncipe.

14.

Ninguno recomiende al príncipe

á

nadie, ni

proporcione adelantos

á

cualquiera de los que hayan

salido, sea como fuere, de nuestra compañia,

y

en

particular

á

los que lo han verificado voluntariamen–

te: porque aun cuando lo disimulen, siempre con–

servan un odio inestinguible hácia la Sociedad.

En fin, procure cada uno buscar medios para

granjearse el carifío

y

favor de los príncipes, de los

poderosos

y

de los magjstrados de cada poblacion,

para que cuando se ofrezca una ocasion á propósito,

hAgan

cuanto puedan con eficacia

y

buena fé en be–

neficio nuestro, aun contra sus parientes, aliados

y

amigos.

CAPI1~ULO

III.

COMO DEBERÁ CONDUCIRSE LA SOCIEDAD CON LOS :D'I5

G:RANDE

AU~

TORIDAD EN EL ESTADO Y QUE EN CASO DE NO SER RICOS PO ·

DR!.N PRESTARNOS OTROS SERVICIOS.

1.

0

Queda consignado que se debe hacer todo lo

posible

para conquistar

á

los

grandes;

pero es

preb