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...- 38 -

que pudieran pasar

á

los Regulares de la observancia de

San Francisco

ó

á

los Capuchinos.

9. El mismo Papa Urbano

VIII,

por otras letras

suyas expedidas en igual forma de Breve

á

2 de Diciem–

bre de 1643, suprimió perpetuamente, extinguió y abolió

la orden regu lar de San Ambrosio

y

San Bernabé

ad ne–

mus;

y sometió los regulares de la sobredicha orden su–

primida

á

la jurisdiccion y correccion de los Ordinarios

locales, concediéndoles licencia para pasar

á

otras orde–

nes RegularE\s aprobadas por la Silla Apostólica; la cual

eupresion confirmó solemnemente el Papa Inocencia X,

también predecesor nuestro, de venerable memoria, por

sus letras expedidas con el sello de plomo,

á

primero de

Abril, aiio de la Encarnacion del señor 1645; y adem:;ts

de esto secularizó los Beneficios, casas y monasterios de

la sobredicha orden, que antes eran Regulares, y declaró

que en lo sucesivo debían ser y fuesen Seculares.

10. Y el mismo Inocencia X, predecesor nuestro,

por sus letras expedidas en igual forma de Breve á 16

de Marzo de 1645, por las grandes disensiones que se

habían suscitado entre los Regulares de la orden de po–

bres de la madre de Dios de Jas Escuelas Pias, sin em–

bargo de que esta orden regular, despues de un

ma.iu–

ro exámen, había sido aprobada solemnemente por

el Pa

pa Gregario XV, predecesor nuestro, la redujo

á

simple

congregacion, sin la obligacion de hacer voto alguno en

ella, á imitacion del instituto de la congregacion de los

Presbíteros Seculares del Oratorio de San Felipb Neri,

establecida en la Iglesia de Santa Maria

in Vallicella

de

Roma, y concedió á los Regulares de dicha orden redu–

cida ya á Congreg:wion, que pudiesen pasar á cualquiera

orden aprobada, prohibiéndoles que admitiesen novicios,

y que profesasen los que estaban admitidos; y finalmente

transfirió del todo

á

los Ordinarios locales la superiori–

rlad, y jurisdiccion que residía en el 1VIinístro General,

Visitadores, y demas Superiores de ella: todas las cuales

cosas tuvieron efecto por algunos años, hasta que deR–

pues, habiendo conocido esta Silla Apostólica la utitiliclad

del sobredicho instituto, la restituyó á la forma primitiva

de los votos solemnes,

y

la volvió á erigir en orden regu–

lar perfecta.

11 El mismo InocJncio X, predecesor nuestro, por

otras semejantes letras

expedidas~

tambien en fofma d()