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dieto llevando inscrita la palabra
Jes~ts
para eludil·
el pago del impuesto respectivo.
Pero no. Es imposible que suceda esto;
'y
que
despues de 30 años, trascurridos desde la Conven–
cion de
1855,
hayamos perdido Jos principios de li–
bertad que sostuvieron en la lucha,
y
supieron hacer
triunfar, los Gálvez,
Te
jeda
y
Matute
Por otra parte, si tanto mal hacen
y
ningun bien
producen los regulares de la Compañia dé
J
esus,
qué interés atendible puede haber en conservarlos?
Religioso ?-No; porque la falta de una Orden, por
sana
y
respetable que fuese, no compromete los in–
tereses de la religion, desde que no se ataca con ello
ni el dogma ni la moral. Ademas, ¿
N
o contamos
con un ilustrado
y
digno clero peruano para el ser-·
vicio del culto católico ?-¿No tenemos oradores sa–
grados elocuentísimos como los Roca, Tovar, Puirre–
don
y
O
bin ?-¿
N
o tenemos confesores de conducta
intachable y de moral irreprensible
1-¿
No tenemos
universidades, colegios de instruccion médía, es–
cuelas municipales, para suministrar la instruccion
en todos sus grados?
i
N
o tenemos excelentes curas
párrocos para la administracion de los ,sacramentos?
Entónces por qué ,echar de ménos
á
estos sacerdotes
extrangeros, que no están bajo la inmediata obedien·–
cia del Ilustrado Arzobispo de Lima,
y
no son mas
que simples ejecutores de las órdenes secretas de
su
general, residente en Roma?
Si
en nuestra enseñanza oficial hay defectos, co..
rríjaseles en buena hora; si no hay el número sufi..
ciente de escuelas,
6
no estan convenientemente do ..
tadas, provéase
á
su fomento sin demora; pero no se
entregue la juventud, que es el pqrvenir de un pue· ·
blo, en manos pérfidas.
Ocasion es esta de manifestar que la enseñanza
religiosa debe darse en
el
templo, en
la
mezquita,
en la
sinagoga;
y
la civil,
en
1~ e~cuela.