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de l.Jetran, como babia afirmado con .Lutero, Calvino, Kemnitz,
Dailler, y la mayoría de sus proselitos. Tambien ha desaparecido
la
invencion del monge Norcino en el ·siglo
Yl,
que leyó tal vez De
tiancns
€D
su maestro Dailler. La historia habla muy alto, y sus
fuertes voces no.podian dejar de hallar eéo en la sinceridad de Cal–
vino y del
Ministro italia,no,
y obligarlos á
u~a
humilde retracta–
cion, confesando que, no en el siglo trece, ó en el siglo sesto, sino
precisamente
por los alíos ele
383,
y
no ciutes, fué instituida la con–
fesion, por que Eusebio nunca habla de
ella~
á
causa de que en su
tiempo no se había introducido. En tiempo ele S
.
Crisóstomo empe–
zaba
á
introducirse la confesional sacerdote
(1 ).
Démosle las gracias
á
la heregia porque va cediendo el campo á
Ja verdad catolica. Pero, no dejemos _de recordarle las degradantes
humillaciones,
á
que está condenada por sostenerse. Su carrera es
un derrumbadero, su mansion un abismo tenebroso, del cual no
puede salir : la misma luz le ciega,
y
con los ojos fijos en la verdad
no la conoce : se alimenta de la mentira y su vida es la contradic–
cion. Aquí mismo, en el reconocimiento de ese hecho tan notable,
cuya autenticidad
y
fuerza no puede negar, da una nueva prueba
de su carácter. Fija la institucion do la confesion en el año de 383,
ó un poco antes; en el año 338 en que murió
~l
historiador Euse–
bio., todavía no. se babia jntroducido.
Y
sin embargo. alli mismo se
ve obligada
á
conceder á la confesion sacramental., qu'izá sin adver–
tirlo, una existencia an Lerior
á
esa fecha mas de cien años., pues
confiesa con Socrates, que .los Obispos habían
ya
nombrado
sacer–
dote penitenciario ]Jara oír las confesiones de los que habían pecado
despuet del bautismo,
DESDE EL
TIEMPO
QUE
LOS NOVACIANOS SE HA–
BlAN SEPARADO DE LA IGLESIA.,
por no querer. comunicar eon aquellos,
que en la persecucion de Décio habictn apostatado;
esto es por los
años de
2a31
(! )
Ensayo,
p.
36
y
37.