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»
vivirá por
mi; .. . .
y
el que come este :Pan., vivirá eternamente.
, -Si
no comiereis la carne del Hijó del Hombre
y
no bebiereis
, su sangre, no tendreís vida en vosotros (
i).
»
Pero el hombre es mortal,
y
el cristiano está destinado para los
goces de la felicidad eterna en el cielo, si escapa de la tormenta
y
no naufraga por el pecado. Por esto el divino Salvador, que de–
seaba que llegue felizmente al puerto de la eterna salvacion, le
babia deparado nuevos socorros para pasar con seguridad el terri–
ble golfo de la muerte. Babia instituido el santo Sacramento de
LA EXTREMA UNCION;
y
lo babia promulgado por su Apostol San–
tiago en esta forma :
«
Si enferma alguno de vosotros, llame á
los
J)
Presbiteros
de la Iglesia, para que oren sobre él ungiéndole con
»
el Oleo en el nombre del Señor:
y
la oracion de la fe salvará al
»
enfermo,
y
el Señor le aliviará;
y
si se halla con pecados, se le
»
perdonarán (2).
»
Aquí como en los demas sacramentos se hacia
mencion de
los
presbíteros~
los apostoles
~
excogidos de entre la mul–
titud de los fieles,
y
destinados por el mismo Jesucristo para
el mi–
nisterio ele la predicacion,
y
la dispensacion de
los misterios ele
.Dios.
¿
Y cómo se instituirían estos ministros de Dios, si no hubiese –
un rito sagrado que los ·consagrára? Satísfizo el Salvador de los
hombres á esta necesidad con la institucion del sacramento de
EL
ORDEN SACERDOTAL.
En cada pagina del Evangelio se habla de Ja
eleccion ·de
unos doce,
excogidos de entre todos los creyentes por el
mismo Jesus,
y
son llamados
Apostoles,
esto es,
encargado3 de una
mision especial_,
á los cuales el propio Salvador les agrega otros
setenta y dos discípulos, que reciben tambien el
ministerio de la
palabra.
En cada faz de la vida pública de Jesucristo, en cada ins–
titucion de los sacramentos aparecen estos hombres
elegidos por
el Seiior
é
instituidos por el Espíritu Santo para regir la Iglesia de
Dios
(3). Por esto San Pablo decía á las Iglesias :
«
Es preciso que
(:l)
Matth., c.
XXVI,
v. 26; Marc., c.
XIV,
v. 22; Joan., c.
VI,
v. 48, etc.;
La
Cor.,
c.
XI,
v. 23, etc.- (2) Jacob., c. v, vv. :1.5 et i6. -
(3) Act., c. xx, v. 28.
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