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CAPITULO IV
La teoria del protestantismo acerca de la penitencia destruye
al Cristianismo.
Mas de quince
~iglos
hacia, que el Cristianismo cumplia su
~i
sion sublime
é
importante de
buscar al hombre perdido por el pe–
cado pata salvarle_, mediante la aplicacion ele la copiosa ,redencion
del Salvador del mundo.
Para la realizacion de este noble objeto
empleaba
aql~ellos
mismos medios, que el Hombre-Días,
en
su
alta sabiduria, babia instituido como los mas análogos á la condi–
cion humana : eran los siete Santos Sacramentos, que producían
en el creyente una perfecta regeneracion
y
rehabilitacion espiri–
lual 'Ymoral. Muerto el hombre por la culpa en el órden sobre–
natural,
necesitaba renacer por el agua
y
el EspirituSanto
(1);
y
este nuevo
nacimie~to
á la gracia
y
amistad de Dios ·se cumplía por
el
BAUTISM-o
C01{ericlo ]JOr el ministro ele Dios en el nombre del Pa–
dre
y
del
Hijó
y
del Espíritu Santo
(2). El niño cristiano que aca–
baba de nacer espiritualmente, tenia necesidad de crecer con la
leche de la doctrina, para recibir luego el carácter
y
la divisa
de
soldado de Cristo
(3),
y
ser robustecido con una gracia especial
para luchar contra sus enemigos,
y
confesar
á
Cristo delante de
Dios
y
de los hombres (4);
y
obtenia tan saludable efecto por
LA
coNFlRMACION,
administrada por los apostoles de la Iglesia_, que por
·
la imposicion de las 'ma!'ws,
y
la sagrada uncion,
conferian ese don
(1) Joan.,
r.
111,
v.
ñ.-
(2) Matth.,
c. xxvm, v.
i9.-(3) 2 ad Tim. ,
c. n, v.
3
-:- (4)
Matth., c.
x,
v. 32, et Luc., c.
IX,
v.
26.