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-65-

»

el hombre nos reconozca por Ministros de Cristo y dispensado–

»

res de los misterios de Dios (1). Yá Timoteo Obispo le escri–

•<

bia el mismo Apóstol :

«

No tengas en poco la gracia, que hay en

tf.

(el carácter sacer- .

»

dotal que posees), que te se ha dado por la profecia.con la im-

»

posicion de mis manos y de los presbíteros. -

La causa por

»

que te dejé en Creta, decia á Tito, es para que arregles las cosas

J)

que faltan, y establezcas presbíteros en cada ciudad, conforme

»

yo te prescribí.- No impongas de ligero las manos sobre alguno,

»

repetia

á

Timoteo, ni seas cómplice de pecados agenos (2).

»

La Iglesia por. fin no hubiera podido tener sacerdotes, si Dios

no le hubiese dado primero, hijos por

EL MATRIMONIO.

«

Este

>>

Sacramento es grande : yo lo digo (es San Pablo quien habla)

»

en Cristo y en la Iglesia (3).

»

Grande por cierto, porque asocia

los sentimientos religiosos, la pureza del alma, la oracion, la gra–

cia y las bendiciones del cielo al acto natural

y

social mas grave

é

importante para el destino de los esposos.

l)ues bien : mas de quince siglos hacia que el cristianismo po–

seía estos siete santos Sacramentos, instituidos por Jesucristo, cuya

institucion se halla, como acab2.mos de ver, registrada en elEvan–

helio y en otros libros sagrados del Nuevo Testamento : habían

sido siete fuentes cristalinas, que brotában de las llagas del Salva–

dor, que habian fertilízado y renovado la faz de la tierra: por ellos

el mundo babia sido santificado, y la Jerusalen celestial poblada de

moradores; cuando hé aquí que

los novadores,

autores del

protestan–

tismo,

proclamando

la reforma

suprimen de un golpe seis de esos

santos Sacramentos, dejando solo el bautismo.

Protestar contra el Evangelio! Abolir instituciones divinas

t

Re:–

fo rmar la obra de Dios

t

Bastaba el buen sentido para anatematizar

y cubrir de baldon la obra destructora del protestantismo. Mas el

(1)

t.a

Cor., c.

IV,

v.

l. -

{2)

La

ad Timoth., c. tv, v.

i4;

et 2 ad Tiro., c.

1

v. 6.; Ad

Tit.,

c.

1,

v. 5;

Tim.

1, c. v.-

(3)

Ad

Eph.es.

, c. v, v.

32.

5