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no dejan ·de ser los mismos crimenes, ni
a fec~n
y
minan menos
las costumbres
y
las leyes. Por otra parte, todos llevamos en
nuestro interior esa tendencia criminal, esa levadura de corrup–
cion mas ó menos comprimida,
y
que con frecuencia se da á cono–
cer por los deseos cuando no puede por las acciones.
<e
¿Quién no
co~oce
las inmensas ventajas que la sociedad eor–
roida de este modo por un mal intestinal, reportaría de la Confe–
sion, de este
tribunal de las almas,
que abraza todos.los misterios
de la voluntad en su indefinida jurisdiccion; cuya influencia se
extiende sobre los pensamientos
y
deseos, como la fuerza pública
de las leyes sobre los delitos
y
los crimenes; que no solo reprime
y
castiga el homicidio, sino tamhien la murmuracion; no solo el
adulterio, sino las simples miradas; no solo las venganzas, sino la
fai ta ele caridad, y nos hace interiormente culpables á nuestros pro–
pios ojos. mucho antes que lo seamos
á
los ojos de los hombres?
Situado e·n las primeras avenidas de la conciencía, este sagrado
tribunal vela, mientras las leyes humanas están dormidas, aten–
di endo al menor desórden, preparando los corazones al cumpli–
miento de todos los deberes públicos y sociales por la observancia
íntima de los deberes religiosos y secretos,
y
preludiando en el
fondo de las almas, por 1nedio de la armonía de las virtudes de
perfeccion, la armonía de las virtudes comunes de relacion que
constituyen las costumbres públicas. Un publícista
protestante
no
puede contener su admiracion al contemplar los resultados de tan
bella institucion,
y
exclama :
<<
Qué seguridad y garantías no se le
>>
exigen
á
cada individuo por medio del cumplimiento de sus
>
deberes sociales, el ejercicio de todas las virtudes, la integridad,
>
la benevolencia, la caridad
y
la misericordia
!
¿Podríamos en–
>
contrar en ninguna otra parte nada parecido? Aqui la conciencia
>
es arreglada por solo el tribunal de Dios,
y
no por el .del
>
mundo ... ¡Qué admirable 1nedio
es la Confesion entre los cato–
»
ticos
para establecer entre los hombres una mú tna confia nza .