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fesion hecha
ó
iniciada antes de empezar la penitencia publica. Por
lo tanto d_ebemos hacer otra distinéion, que surge de los documen–
tos historicos. Si los penitente_s concluían integramente su confe-
,sion antes de empezar la penitencia pública
y
el _ Confesor los
hallaba bien dispuestos, los absolvia inmediatamente de sus pecados
y
los sujetaba
á
la penitencia canonica, como dice Sozomeno, la
cual concluida eran reconciliados con la Iglesia
y
admitidos
á
la
comunion eucaristica. Si empero al empezar la confesion el
sacer~
' dote no los hallaba perfectamente dispuestos,
ó
juzgaba que pri–
mero debian de reparar los escandalas dados
ó
dar alguna satisfac–
cion
~
Dios
y
á
la Iglesia· con la penitencia solemne, entonces
suspendía la absolucion
y
quedaba la confesion abierta
y
aplazada
para el termino de la penitencia canonica,
ó
para el dia de jueves
santo, en que se concluía la confesion
y
eran absueltos sacramen–
talmente
y
despues reconciliados con la Iglesia por el Obispo,
ó
por
el sacerdote delegado,. con la imposicion de las manos. Con esta
explicacion queda esclarecido el enigma, que
á
primera vista en- .
vuelven los textos de San Cipriano
y
de S. Inocencia l, los cuales
hablan de dos confesiones, una en que se les señalaba el modo
y
el
f.
plazo de la penitencia pública,
y
otra que debía preceder
á
la ab-
solucion
y
reconciliaci~n
eclesiastica·, despues de haber cumplido
satisfactoriamente la penitencia canonica (1).
Esta moralizadora disciplina de · las penitencias públicas, en
aquellos tiempos en que los pueblos paganos recien
conv~r
tidos al cristiaqismo en gran parte no habían extinguido
los
habitos
y
las propensiones
á
las 0bras del gentilismo , produ–
cía efectos admirables : era un medio represivo que contenía los
desbordes de las pasiones 4esde el fiel mas humilde hasta el
mo–
narca mas elevado'. Eusebio de Cesarea, Leoncio de Antioquia, pre–
lados del siglo
IV,
y
otros historiadores nos refieren un hecho me-
(i )
S. Cyprian. Epíst. 10 ; et Jun. 25, ad Decentium Eug. e, 7.