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que emplea la heregia para seducir

á

sus incautos y fanaticos ad–

miradores. Alli mismo

é

inmediatamente antes de esas primeras

palabras aisladas de Origenes_, que cita nuestro antágonista, el Doc–

tor Alejandrino se expresa : «El hacedor de todas las cosas, cono–

»

cedor__, al criar el alma del hombre, de los vicios de que podia

»

ser capaz, y de los pecados que en consecuencia se haría culpa–

»

ble;

~sí

corno para el cuerpo babia preparado medicinas., que la

})

ciencia y el arte compondrían de las yerbas; del propio modo

»

preparó medicamentos para el alma, y los diseminó

y

propagó

»

por medio de las divinas Escrituras, con el fin de que los peca–

»

dores oprimidos de la enfermedad

~spiritual_,

apenas sintiesen la

»

fuerza del mal y se apercibiesen del dolor

y

el estimulo de la

»

herida_, esto es., apenas vean que el alma obra contra la concien–

»

cia, acudan

á

la disciplina razonable, eficaz y proporcionada

á

su

»

necesidad, que

por precepto de Dios

tiene virtud de sanarlos. Con

»

este fin

á

la virtud de la medicina añadió la industria del arte,

»

cuyo Protomedico es el Salvador, que decia de sí mismo

:No

»

tienen necesidad del medico los.sanos;

solo los enfermos.

El en

»

efecto es el Protomedico; que puede sanar toda dolencia y toda

»

enfermedad. Pero tambien sus discípulos Pedro y Pab1o, mas

»

aun los Profetas,

y

todos aquellos que despues de los Apostoles

»

ocupan su lugar en la Iglesia, son verdaderos medicos. A estos el

»

Señor les confió la disciplina de curar las llagas (la administra–

»

cion del sacramento de la Penitencia), y quiso, que fuesen en su

>>

Iglesia

medi.cos de las almas,

pues no quiere nuestro Dios la

))

muerte del pecador, sino que aguarda su penitencia y oracion.

»

Por abundamiento este mismo salmo que se ha leido., nos mani–

»

fiesta, en ca5o de hallarnos envueltos en los delitos, como y con

»

que afecto conviene rogar

á

Dios,

y

suplicar al Medico para el

»

remedio de nuestros dolores ó enfermedades espirituales.· Por

»

lo tanto, si el enemigo

n~s

preocupa

y

con sus dardos ígneos ·

»

hiere nuestra alma,

~egun

este salmo,

ANTE TODO

coNviENE coN-