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-lti-

poro Riempre es indispensable el espírita católico para la coíls–

titucion y gobernacion de un Estado compuesto de católicos, para ·

la legitimidad de la autoridad y para la libertad de los ciudada–

nos, siempre es necesaria una creencia religiosa, un culto

á

toda

asociacion humana. Napoleon I al principiar nuestro siglo, com–

prendió estaverdad, hizo entrar la sociedad francesa en sus leyes;

restableció el culto católico,

y

de este modo resucitó la Fran–

cia.

Gerardo.-Amigos,

quedo agradablemente sorprendido de

vuestras salvadoras doctrinas, y ellas me recuerdan las palabras

que escribió Voltaire en el tratado del ateismo: "Quitar la reli–

gion es lo mismo que poblar la tierra de tunantes, de malvados,

de monstruos, lo mismo que hacer de este mu,ndo una habitacion

de confusion y de horror."-GuillHmo, ya ha llegado la hora de

volver

á

casa.

Elisco.-A

Dios amigos, mañana consideraremos esta verdad

bajo el aspecto de la civilizacion cristiana, tan bella, tan rica,

tan fecunda, tan variada y tan portentosa.

VELADA

TERCERA.

El sol está próximo á ponerse, y lo dilatado de las sombras

de los montes y collados va gradualmente cubriéndolo todo, y dá

un color oscnro pero no desagradable á las aguas del Chili: la

nQche, que perpetuamente va siguiendo las huellas del astro del

dia, estiende ya sus negras alas, y enciende en

la.

bóveda celeste

multitud de luces.

Aparece ya la luna, cuya claridad dulce y consoladora dis–

pone

á

la meditacion las almas sensibles y amorosas. ¡Oh Dios!

vuestra grandeza está escrita en el fümamento

y

en los astros,

en la tierra

y

en los mares, en los reinos mineral, vejetal, animal

y racional, en la vasta extension de la materia y en la mucho

mayor del espíritu. Todo cuanto existe modúla un himno uni–

versal en alabanza del Ser necesario, supremo é infinito; el ateo

es un hombre vacío, y nada mas.

La ciencia está en contacto con el triunfo

de~la

religion, la

ignorancia es ma.dre de la incredulidad, que se nutre en el cora–

zon del impío.

Gerardo.-Creo,

mi

D. Eliseo, que convendréis en que el

perfeccionamiento de los estudios, la geografía, la astronomía,

la navcgacion, la historia, la elocuencia, el comercio con todas

sus combinaciones

y

cálculos, el movimiento del vapor, la apli ·

cacion de_la electricidad

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la mineralogía, la, física y demas cien-