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naturaleza de la.s cosas la empresa de fundar una sociedad civil
y un gobierno humano, quitftnclo la piedra.ftngular ele toda cons–
truccion de esta clase,
y
el cimiento que une todas sus partes,
la
R eligion.
Gerarclo.-Esto,
amigo, es un verdadero adelanto, semejan–
te tentativa nunca vista es un glorioso ensayo. Al viajar por
Italia he observado que, aquella heróica nacion propende
á
rea–
lizar la separacion de la Religion
y
del Estado,
y
la seculariza–
cion completa ele la sociedad civil; lo mismo he visto en Fran–
cia, España
y
finalmente en Chile.
Eliseo.-No
digais, Gerardo que las naciones qtúeren la se–
paracion de la Religion y del Estado, decid mas bien y dil:éis.
la verdad, que ciertos leguleyos ignorantes, clesconocienclo las
tendencias del corazon humano, é ignornnclo los elementos
constitutivos de toda sociedad, no solamente no cuentan con la
Religion, sino que han constituido en sistema el proscribirla ele
todas las instituciones: han erigido en principio, no el
clistingnir
lo que debe ser la Religion, sino
el separar
y
eliminar todo ele–
mento religioso del mundo social, el hacer una sociedad civil
omnímodamente privada de toda religion, de lo que provienen
lógicamente todas las decadencias morales, nacionales y socia–
les que sufren aquellos estados, y que en mayor escala sufrirán
mas adelante, pues vos sabeis muy bien que, sin Religion no
hay moral, ein moral, no hay órden, y sin órden es imposible la
paz: y la moral, el órden y la paz son el mayor bien social y la
mejor garantía para. la prosperidad y crecimiento de una na–
cion.
Gera.rdo.-Don
Elíseo, acabais de asentar un principio
rancio, propio para la gente apocada, que á cada paso invoca
á.
Dios; en nuestros dias los legisladores, no deben ser como los
de antaño, que parecían frailes, en la actualidad no se puede
medrar sino prescindiendo de Dios, esto es ser
espiriti' fuerte.
Eliseo.-Lo
que dije lejos de ser un principio rancio, creo
mas bien que es una verdad de sumo interés; pues jamás ha
existido un solo político sensato, tm solo pensador digno de es–
te nombre, cualesquiera que sean sus condiciones personales,
que no haya proclamado
á
la religion como base de la sociedad.
Gerardo.-Yo
lo que 1eo en las naciones mas civilizadfts es
q.Pe,el hombre vive como si no hubiese Dios, él se basta á sí
n;iismo en todas las condiciones y exijencias de su naturaleza, y
no reconoce dep&nclencia alguna.
Eliseo.-Bien
Yeo que este es uno ele los mayores males de
lft época presente, el hombre vi\c como si fuera la causa y el
fin de su er, como si no tuviese necesidad de justicift, ele luces,