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,dispuesto p or él, que ni siq uiera tuvo parte e n la coJwoca–
cion d e ese Co ncilio, cuyas
~ctas
se su pone haber a nulado,
ni cuidó de que fuesen los obispos de occidente: en e l
¡n–
g nQJento hai una mezcla confusa de hech os equivocados s in
d iscernl miento.
En la diser tacion de Concordatos hemos hablado exten–
samente de l pasaje relativo
á
San Le_on y el :conci lio Cal–
cedonense, y hecho ver ent re otras cosas con prolij idad, que
á pesar d e la r esistencia del Papa, conservó el Patriarca do
Constantinopl a lo que repugnaba tanto S . Leon.
Respecto de la súplica del Patriarca Ignacio, á nombre
s~tyo,
y no del Concilio como se supone, a l Papa Ad riano,
la d ecid ida proteccion d e los p apas
á
dicho Patriarca Igna–
cio, y la circunstancia personal que teni¡t el asunto de Teo–
u oro res pecto del Papa N icolas, predecesor d e Adriano,
expl ica n sufici entemente estos sucesos, sin necesidad de
de que aparezca poder moná rquico en el sucesor de San
Pedro.
En lo que mira
á
Gregorio XII, por sabida que fuese
la
idea que tenia de su dignidad , basta r ecordar, que el Con–
cilio de Constancia quiso usar de
suma
condescendencia, pa–
ra conciliar los ánimos y procurar la paz,
y
como por una
su_perabundanciadecautela paráconseguir el bien que inten–
ta ba-e.:c
supe1·abundanti cautela ad ce1·titudinern boni,
son
sus propias palabras. Concilio que ha dejado tantas prue–
bas de lo que puede un concilio general, au n sobre los Pa –
p as, no h a dado márjen cier tamente, para que en sus actas
se encuentre ni en sombra rasgo alguno _de poder
n1onár–
quico en el Romanp Pontífice.
11.
¿La mision d(J San P ed1·ofué onlina·ria, ?;¡la de
los
demas ext1·ao1·dinaria?
S i las distinciones fueran pruebas, ó tuvieran fuerza de
argumento contra tésis ya probadas, hasta las
~lemostracio
nes matemáticas estarian en peligro. Porque San Pedro y
los demas apóstoles ejercie1·on su apostólico ministerio en
todas partes, dijimos con razon, que pues el primado era
solamente de uno de ellos, no debia consistir en el obispado
uniYersal; porque de otro modo, San Pedro no habría sido
primado entre sus coapóstoles. Pero si el apostolado uni-