QUE P UDlEHAK t>EBYIB
ADVERTENCIA.
La misma razon que me in dt\jO, á poner en seg-uida del Com–
pendio de la primera parte alg unos proyectos, que .sirvieran
<t
los L ejisladores Americanos, me mueve ahora á añadir otros,
dejando á los cncarg-a.dos de la ·cosa pública el cuidado de modi–
fica.rlos
ó
correjirlos, á vista de las circunstancias,
y
de la opor–
tunidad. Fuera de las razon es qu e se ponen en los
conside?·an–
dos,
me ba parecido con veniente hacer algunas refl exiones en
varios de ellos.
Empezando por el de dotacion del clero, jnzgaba que no era
g t·ave dificultad, el no haberse destinado el fondo,
ó
establecido
la cont l'ibucion, de donde hubiera de salir la renta de los obis–
pos
y
párrocos. .Al efecto podia preguntarse-¿de qué contri–
tribncion particnlar,
ó
de que fondo especial salen las dietas
de los Diputados,
y
la renta del Supremo Gob ierno? Si en los
colejios
y
los establecimientos de beneficencia bai tesorería pro–
pia, proviene esto del orijen ele las rentas, que con las .>asas
fueron de con ventos, ó ele fundaciones particulares,
y
qne'lejos
de hacer novedad, encont raron un antecedente estableci•io.
Tambien en las Aduanas y en las Administraciones de Correos
se hace pag-o
á
sus empleados con los fondos de ellas; pero es–
tos fondos no han sido creados para hacer el pago: son fondos
nacionales, que aquí y allí
enriqu~cen
el Erario público,
y
de
paso pagan
á
sus empleados.