XVI
tloscrétlito, por la ciega tenacidad de
per~cverar
cu .su
propósít11.1
Un sistemn <le hipocres ía es un
sistcm~
violento
é
inmoral, que no
puede ser el que convenga
ñ.
séres racionales. Sistema que predica.
hum iltlad con arrogancia; desprendimiento
y
pobreza en medio de
un brillante círculo de oro
y
pieJras
preciosas;
el
engranc.lecimiento
del hombre al tiempo (le humi llark,
y
env ilecerle: sistema que re–
puta por crimen el p:ttriotismo, cuando se opone
á
~u:;
doctrin·t$
y
hace mengua
á
SHS
intcre:5es; que arma en guerra.
á
la. esposa
con~
trn. su esposo,
y
al hijo contra el patlre:
y
que angustia el corazon
humano,
y
lo hi ere en sus mas vivas
y
caras afecciones, es un sis–
tema abominable
y
od iosO,
qu~
no deben tolerar por mas ti empo, ni
l os individuos ni
los pneblos.
Sistema. -que con-tituye
a
un hombre
oráculo
de
la.
vercb 1, or i.culo de la j nstici<l; que manda tener por .
malo lo
bue:1:l qa;)
él c.:nden:1;
p)r illcit:ts
as:>::::iacion ~s
que no
son
las snyas,
ó
en que él no interveng;t;
y
por criminales
y
aun abs,ur·
clas
institucion::-s, qne
la raznn ha
pro ~la1n
'c1o,
C3
nn
sist~ma
hnm i-
11ante
y
deshonro:;o.
Sistema en fin, q u:! h a
levnnt·ldo
un Dios en
]a
IgleSia,
y
h"?ChJ
e5>clnva
suy;\ la socit>dacl
cristian.1,
ia obra de
J esucristo,
la.
e :po.
.;·t
s~1ya,
es un sistCm:l- impío,
y
ele i!)SOle:lte crea–
e
ion:
porqae ménJna sería <.b la
esp~ci e
humana,
q ·tc por
derecho
hubieSe t:unaña potcst:\ 1
so~rc
Lt
t ierr<l:
no hn.i D ios sino D ios.
B:.~
s.taptH~s
rle burla al
gén~ro
humarw, de ignominia al E van·
gelio,
y
el ~
c,..c:l.n:lalo
á
la fJle.:-ia. L os que
~e
han estravia lo en
la sen la. q ne llev:llnn, por
c.tlpa Üe los m:tlo1
c.1n:l11 ::.: 'ores,
ti en~n
que
v olv~r
:;obr·e sus l'asos hasta
1\~g:tr
al
ptwt'l
de pa.tiJ, , si quie–
ren
enmen~lar
el
yen •,
y
empl'zar baen camino. Los doctores de la
Curia Rom:ma h:1n si tl J
en
nwcho;
siglos
los malos
conJucto:·es,
que con sus doctrinas estraviaron la concien:::ia de
los
Papas,
vi n.–
d icánl.loles pn·rog(ltivasy derechos, q ue no
tH\' O
elSant> Apostol
P edro;
y
á
ménos ti enen,
y
de insi..llto cali fi can,
el fl.Ueásn
sucesor
se le dign.
f]He
sea. Pc.l ro,
y
na1la
mas qu e
P~d ro.
V l'd ahí
caracte–
ri.zada
perfer~amente
ia
índole
a.ctnal
de la C.t ria, qne
avergonzin–
close de
los
tiempos apostólicos, co:1fiesa que
le
es
mas grata la
situncion
prr~ente;
que
le lwría.
rnal la p,imera; que
esta
no es aque–
-lb¡
y
'lne el
P apa de
la
Curia no es P cdrn.
( P ero el
P<lpa.
ele la
Iglesia
es Pe.lro,
y
debe
serlo
con sus
ef~mplos
y
l ecc i one~,
con sus
prerogntiv;.~.s
y
Yirtu,les.
S i
los
usos
y
prácticas de los
sig-lo3
po:-oteriores no
pn::!llen
ser en toJ o
como
los
anti¡.{tl
)S,
hai
má x imas pcr:l.1rabl es, re;.;las para ahorn, enmo
lo
fuero:'
para
entl)nces,
y
]n serán
p:ua despues,
y
un espf··itu vi–
-vificarlor, ;}¡que
no
puccl.c
renunciarsH
sin
mat;H'
el
cristjani~nw,
ó
abandonar su nO:nbrc. E l
cles~WllenaJo
apetito de ri rpteza
y
domi –
nacion,
fuentes inngotables
tle inmora.lidatl
y
mal
ejemplo,
no
pue–
rdon aer virtud es en In Rcligiondc.J csucristo, ni
ornamento de
los q'