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11 .

Los Nl ona,rcrtsjranceses solo cedieron el domiúio fttil d

los Papas.

Cuand o fué c lejido el P a pa Leon

Tli

escri bió

á

Cado–

magno, d andole noticia d e " haberl e p rometid o obed iencia

y

fi delidad ,

y

neg:tndole, que enviase uno d e sus magnates,

para que recibiera el juramento d e sujecion

y

fid elidad, que

había de prestarle el p ueblo." Ctwn do Cario-magno fué es–

tablecido

y

coronado E mperador en R oma, el Papa

y

todos

los demas , le

adm·a,-on,

dice el hi storiad or, imitando lo que

se hacia con los antiguos príncipes.

S i al hacer mencion el E mpe rador ele varias provincias de

Italia en su testame nto, g uardó silencio sobre el d ucado d e

R oma

y

el exa rcado, fue para distin guirlos de esotros te rri–

torios q ue componían el reino de Lombardía , en d ond e te–

nia, no solo el d ominio pleno

y

sobera no, sino tambien el

útil,

que en Roma

y

el exa rcado vertenecia al Papa,

á

dife •·encia

d el pr imero. Cuando en una d isposicion pos terior hacia

Carlos division de sus tesoros,

y

señalaba pensiones para

vein tiuna metr6pólis de

su

1·eino,

numeraba en tre ellas

á

Roma,

y

Ravena, ciudades que se encont ra ban en los domi –

nios d el P apa. E n tiempo del Emperador Lotario, el P a pa

Serjio, los arzob ispo.s

y

obispos

y

d emas sacer dotes

y

mag–

na tes d e Roma, le prometieron fi cl elidarl. E l P. Pagi ha re –

conocido el\ este j urame nto de fidelidad una " prueba ciert"\

d el

~l erech o

supremo, qu e el E mperador tenia en R oma, "

12.

D iplomas de Otou

y

Enrique: testamento de ])fa ti/de.

E n el reinado d el emperado•· Oton

1

a pa rece un dí ploma

de "confirmacion de los d erechos de la Ig lesia Romana."

D e muchas ma neras,

y

C<1 n r epeticion, se confirman en él

las d o naciones de Pepino

y

Cario ·Magno, sin hacer mencion

el e la de L ud ovico Pio. Se hablaba en é l del juramento d e

fi delidad que d ebían prestar los

Pon tífi c~s,

y

que a seguraba

tod os los derechos del Emperador-salvrt

in o11mÍÚus potes –

tnle?1oslra.

Este di pl oma es sospechoso

á

los ojos de M u–

ra tori,

y

otros crí ticos. Tambien el E mperacl o•· En rique

JT

co nfirmó las donaciones d e Pepino, Ca rlos

y

O ton,

"~alvan ­

do en tod o su potest'ld

y

la de su.s suc esores." L a cond esa