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7.

Donacion. de. Cado ll1agno.

.Muerto P e pino, los papas b uscaron siempre p rotectorel!

en los reyes de F rancia. A driano 1 recmrió

á

Cario .Magno,

á

causa de las mortificaciones que le causaba el rei lombar –

d o D esiderio. Carlos pasó los Alpes,

y

triunfó completa–

mente d el rei lombar.d o. Cuando entró

á

Roma, le pidió el

Pontí fi ce "en la Iglesia d e San Ped ro, con repetidos ruegos

y

amonestaciones,

y

paterno afecto, que diese cumplimiento

á

lo que babia prometido el r ei Pepi no

y

el mi smo Carlos,

con toJ os los jueces francos, de conceder diversas ciudades

y

territorios de I talia,

y

en tregarlas

á

San Pedro,

y

á

todos

sus vicarios

in

perpetuwn.

Se prestó

a

ello Carlos, bacien–

d o d onacion de nuevas·ciud ades,

y

se obligó

á

ella con ju–

ramento, p oniendo con su propia ma no en e l sepulcro d o S .

P edro un ej emplar de la don11cion." Tampoco nos unimos

á

los que dud a n de la autenticidad do esta donacion.

8.

Quejas

del

Papa A driano á Carlo ll1agno.

Se quej aba A dr iano

á

Carlos contra el arzobispo d e R :t–

vena, á quien llamaba

nifario antobispo,

porque este babia

oc:upad o varias ciudades d el exarcado, diciendo que Carlos

se las concediera con toda la pentapolis. "Escelentisimo

hijo, le d ecia, q uer emos que vuelva

á

nuestro poder, lo que

p retende anogarse el

nifandisimo

arzobispo. De esta ma–

nera, San P edro

y

San Pablo os a lcanzarán larga vid a, vic–

torias sin cuento,

y

el reino celestial." Otras epí;tolas hai

d el mismo Papa áCarlo lVIagno,

ya

quejandose de sus envia–

dos,

y

eran un obispo

y

un abad;

ya

rogandole, que cuan–

to antes diera órden, de que se le entregase el ducado de Es–

poleta;

ya

pidiendole auxilio contra

cuatr~

duques de Ita–

lia, que en union <le los griegos conspiraban contra la Ig le–

sia Romana,

y

el mismo Carlos;

ya

dandole cuenta de una

conspiraéior;¡ tramada por un duque,

y

de haber venido el

hijo del tirano Desiderio

á

la Calabria."

9.

Donac-iones de Ludo·vico P io,

y

C{/¡rlos el calvo.

D espues de Ca rio JYiagno apar ecen todavía nuevas dona–

ciones. En la íle su hijo L mlo,·ico Pío se lee con rcpeticion

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