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A Esteva n
li
le pusieron en mas grave apuro las fuerzas
de Astolfo, Rei de los Lombardos,
y
ocurrió
á
Pepino, R ei
el e los Franceses,
y
po.sterionnente se dirij ió á F rancia,
á
pedir al R ei con lágrimas, que protejiese la causa de SaQ
Pedro
y
de la República Romana. Empre ndió Pepino su
marcha
á
Italia, derrotó las fuerzas de Astolfo, que pro–
metió con juramento devolver las ciudades. Pe ro retirad o
Pepino á su reino, no pensó Astolfo en cumplir lo prometi–
do; por lo que E stevan ocurrió de nuevo
á
su bienhechor;
y
para mas obl igarle, le escribió
á
nombre de San Pedro,
en términos los mas angustiosos
y
suplica ntes. Pepino tuvo
que volvel',
y
la noticia bastó para que el Lombardo desis–
tiera. Los legados del E mperador G riego querian que las
ciudades del exarcaclo se diesen al Emperador; pero el R ei
de Francia se opuso
á
semej ante empeño, para que queda–
sen en poder de San Ped ro,
y
fuesen del derecho de la
I glesia Romana; afirmando con juramento, que solo por
amor
á
San P edro,
y
por conseguir el perdon de sus peca–
dos habia hecho la campaña. Tuvo pues que restituir As–
tolfo !'as ciudades, juntamente con la donacion que hacia en
favor de San P edro
y
sus sucesores.
6.
Donacion de P epino.
Estamos mui distantes de acoj e1· la sentencia de los que
dudan de la autenticidad de la donacion de P epino,
y
da–
mos en esta parte por supuesto cuanto sostenga la Curia.
Porque si Pepino deseaba
y
podia llenár de favores á los
Romanos Pontífices: si habia prometid o hacer que se devol–
vieran
á
la I glesia
y
á
la República Romana las ciudades
quitadas: si la opinion ele esos tiempos reco nocía el derecho
que daba la conquista: si por haber poseído algun
tiempo
¡),conquistado el rei de los lombardos las ciudades del exar·
cado, tuvo cuiclaclo Pepino, de que ese rei hiciera clonacion
á
la Iglesia Romana; el autor de tantos servicios al a póstol
Pedro
y
sus suceso res, no merece que se le niege su doua·
cion, aunque el acta no exista. E l sucesor del Papa E stevan
hacia presente poco despues
á
Pepino, que "se hallaban
oprimidas las ciudades, que él habia dad o
iiSan
P edro."