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servado desde a tras,
y
gua rdácl olas con veuerdcion en su o
cn:chivos-AN T I QU ITUS
Sancta Romana
l~'cclesia
conservans,
nobis
cu.~todieuda
mrmda¡;Íf , el
p mnes
se i n
su 1s
AR CII I YIS
&c . ¿C uáles era n esas decre tales, q ue se g ua rdaba n desde
tiempo antig uo en los archivos de
1.1
Igl e~i a
Romana? l'l·laR
franco cristi ano Lupo que los demas curialista s, confi e,a
q ue "el P apa N icolas defendió las mencionadas d ecretales,
·y
se a rregló á ell a
s-eas
acerrime
defcndit, ac in
p1·a.1·iln
·rrrlegit.
·9.
Prop agacion de las falsas decretales.
,
Ha i una coleccion de capitula res, qu e lleva el nombre de
A driano
1,
y
en ell a abundan las fa lsas decretales. Si dich a
coleccion es del Pa pa A d riano, ó de su contemporan eo el
.A rzobispo A ng ilra mo, es claro que ellas se hallaban 'ya e n
circulacion a ntes d e acahar el siglo VIII. D. A ntonio
. é\ gustin es de parecer, que comenzaron á citarse en tiempo
d e Ad riano I y Ca rlo Mag no, y q ue antes eran desconoci–
da s. D esentend ié nd ono s de es ta obse rvacion, no cabe du –
d a en qu e, como ya d ij imos, se hal laban corrientes en el si–
g lo I X . Fácil mente concebirá n nuestros lectores, 'que los
Papas q ue siguieron á N icolas I , continuarinn en el mismo
p rop ósito. Tarea intermi nable sería, si uno tras d e otro fu e–
r amos acum ula ndo documen tos de Pa pa s y Concilios y es–
critores, que sencilla y concienzuda mente citaban las fa lsas
d ecreta les. E l Concilio de Colon ia d e 887 enca rga ba, que
nadie
tra~pasase
los linderos q ue pusieron los pad res: entre
estos padres esta ba numerado el :falso Anacle to. E n e l d e
lVI:ag uncia d el año sig uiente se invoca ba un supuesto d ocu–
mento de l P apa S ilvestre, asi como en el d e l'l'letz del mis–
mo año una d e las e pístolas apocri fas de San C lemente. E n
el d e T ribur d e 895 se aleg3ban las de Anacleto, A lej a ndro,
Cefcr in o, U rbano
y
Eva ris to.
T ambicn los colec to res d e cá nones dieron lug ar á las fal–
sa , decreta les, como Buchard o, lvon, Graciano, c uyo
de–
creto
lleno ele fra gmentos de Isid oro, leid o e n las escuelas,
y comentado por los d octores, fn é alegado p or Jo, teólogo'
y
decretali sta s. En esta ,·irtud, no e ra estra ño que los R o–
ma nos Pon tífices h ubiesen q ueda do comprend id os
en
e l en –
gaño genera l,
y
que al hacer mérito d e las clecreta !es d<'
[sido ro, citasc>n los
sagrados
cc'tnones.