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-Q58-

poras, práctica de tiempo posterior. Ponciano empleaba pa–

•aj es de S. Jerónimo, de San G regorio Magno, y otros es·

critores de los siglos siguientes. Antero incurre en el pro–

pio anacronismo; lo mismo que Fabian,

á

cuyo juicio,

J.

C.

mandó la renovacion del cri sma en el Jueves Santo. Lucio

dá por suyos ca nones de los siglos siguientes. Dionisio se es–

presa acerca de la institu'cion y division de las parroquias

en el lenguaje de siglos posteriores. Julio

en sus dos

epístolas apócrifas dice, que sin el parecer del R. Pontíñcc

no pueden celebrarse Concilios.

5. Epistola,s apócrifas despues de Si·ricio.

El impostor no limitó sus fraudes á los tiempos anteriores ·

al Papa Siricio, sino que forjó epístolas

á

nombre de Pa–

pas que las dejaron jenuinas. iYierece un a atencion particu–

lar la epístola atribuida

á

Bonifacio

ll,

en la cual," contra

los testimonios de la historia, se da _por supuesto, que Aure–

lio Obispo de Cartago, y otros obispos de la iglesia af•·icana,

se separaron de la de Roma en tiempo de Bonifacio 1 y de

Celestino , y por consiguiente , todos ellos, en su número

S. Agustí n, murieron cismaticos. Para hacer que volvieran

los obispos africanos al seno de la iglesia católica, se ocurre

á

otra suposicion, ó, que pidieron la paz en tiempo de Boni–

facio 11; y al efecto se acompaña un ej emplar, tan apócrifo

como la epístola, de las preces, que el Obispo de Cartago,

y el príncipe J ustiniano dirijian al Papa, reconociendo aquel

el error de sus predecesores, pidiendo perdon, y anatemati–

zando

á

los que levantan su cerviz contra la Santa Iglesia

Romana. Nuestros lectores se admirarán, de que doc_umen–

tos tan miserables hayan side creídos, y servido de funda–

mento

á

pretensiones; pero no olvidan que el siglo en que

ellos se admiran no se parece

á

los en que se fraguaron

y

creyeron tales despropósitos.

6. ¿Dónde

y

por quien sefi·aguó ta impostum?

Hablando de estas decrelales el celebre H incmaro de

Iteims en el siglo 9 decia, que " la coleccion que de ellas hi–

ciera Isidoro, fn é llevada de España

á

Maguncia, ele doncle

w

O bispo Riculfo procmó propag'arla en .las Galias.'' Mn-