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torid atl. A hora bie n: si esta autoridad ,
ó
el poder de
b s
llaves ha sido da,do
ii
la Iglesia, segun el leng uaje de San
Agustín, no ha sido á esta ni aquell a porcion, sin o á todo el
cuerpo de ella;
y
ademas, ese poder no se concede sino por ·
el modo S.tcrame nt al con que
..Jc~ ucr'isto
lo ha determi nad o.
A
su tiet¡1po harémos aplicacion de estos principios.
!).
Pasajes fm:ombtes del Concilio Tridenti110 rtl caso.
I m;oquemos el apoyo de la autoridad, pa ra manifestar qu<"
el po<)er de las llaves fué dado
ú
la Iglesia,
y
que esta lo ejer–
ce por medie de sns pastores.
E l Conci lio T ridentino ha
dicho, que "la
Iglesia
no ha cst&blecido en el Concilio de
Letran la confesion secreta:" ha condenado el error en aque–
llos q ue aseguraban, que " las llaves se d ieron
á la Iglesia,
solo para desata r,
y
no para ligar: " ha definido que '' lá
Igle–
sia,
adoctri nada por
el
Espír itu Santo, ha enseñado en los
Conci lios la existencia del P urgato t·io;"
y
en otra ocasion ha
definido tambien, que "Jesucristo d ió
á
la I glesia
la fllcul –
tad de conceder ind ulgencias,
y
que
ella
la ha puesto en
uso." No;otros nos a poyamos en el texto literal ;
y
á
los de
la Cmia cumple fundar ' " esplicacion en prue bas que no
sean sus pretensiones.
JO.
Testimo11ios det Tostado á facor de nuestm sentencia.
Los curialistas mismos respetan el nomb re
y
los escritos
del célebre Alonso Tostado, Obispo de Avila; le comparan
con Los Padres "-tntiguos;
y
la propia Inguisicion le ha respe·
tado,
y
aun elogiarlo en su índ ice espmgatorio, y llamádo le
"el sábio virtuoso, cuyos escritos, au nque parezcan con tener
algunas cosas algo duras, !tan de interpreta.t·se benigna–
mente." Pues bien: el Tostado ha d icho así-" la jurisdic –
cion no puede ser puesta en acto por la comunidad, sino
por persona determinad a; pero bai jurisdiccion en la comu -_
nidad segun el oríjen
y
la ''irtud; porque todas las personas
gue reciben jurisdiccion, la reciben por la virt ud de la co–
munidad. Así las llaves de la Iglesia fueron dadas por J e–
sucristo
á
toda la
lgle~ia;
y
como toda ella no poclia mane–
jarlas,
fuéron entregadas
ii
Pedro
ii
nombre de la Ig lesia .
Y
como
todos los sucesores de San Pedro
y
de los clenws