Table of Contents Table of Contents
Previous Page  156 / 438 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 156 / 438 Next Page
Page Background

-14·8-

con'.'eniente que nuestros obispos pusieran dicha cláusula

para lo sucesivo, como cóndicion de sus licencias, ya que

no fuera por d ere.cho propio de los párrocos? ¿Quedaría

menguada la au torid ad de los obispos, p or esta muestra d é

con sideracion á los que e)los misn)OS

llaman cooperadores

de s u ministerio?

·

24·.

Advertencia.

S ometiendo nuesti•as observaciones al juicio de los obis–

pos y de los lectores instruidos e n esta clase de materias, 6

que tengan razon impa rcial

y

d espreocupada, no

tenemos

o tra mira que la de d ar á conocer la

importancia de los

párrocos, par:¿¡. los a ltos fines

á

quf' están destinados. Noso–

tros nos hemos apoyado en la índole evangélica d el sagra–

do minis terio, y en la primitiva historia d e la Iglesia, pro–

c urando apartar doctrinas exaj e radas, como que "sin peli·

g ro de la fé no puede negarse, que el Papa

y

el Obispo me–

recen cada cual el nombre d e

propio sacerdol(J.''

Pero asi

como respecto del Romano PontHice dij imos, que a unque

esta y aquella fac ultad no le conviniesen por derecho esen–

cial á su P rimado, podian convenirle por algun otro título;

d ecimos respectivamente lo mismo de los obispos, y espe–

cialmente en el punto que tratamos, respetando en todo ca–

so la presente disciplina.

Q5.

Utilidad que ·resulta de los de?·ecltQS que vindicamos

a

·

los Pán·ocos.

N o es posible que haya órdcn en una fami lia, c uando la

voz del padre no es la que regla los negocios de ell a, á fin

de que nada se haga sin o por mandato suyo

ó

con su anuen–

cia. S i en la familia cristiana otro que el párroc<'> pudiera

interv

enir sin consentimiento n1yo, habri a p elig ro d e in–

curr.ir

e n disonancias

y

aun contradicciones, ó por lo me nos

e n fal

ta d e concierto, que no puede guardarse sino en la

unidad. E l Obispo prescribirá la regla, concederá licencias

de predicar y confesa r, ó como d ijimos antes, dará testimo–

nio de la idoneidad de los pres bíteros; pero llegando el ca–

so d e hacer uso de el las, pueden presentarse dificultades,

.gt¡e clar¡Ín nueva forma al asun to por el cambio de las cir-