Table of Contents Table of Contents
Previous Page  154 / 438 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 154 / 438 Next Page
Page Background

-ao~

(lo puede y debe suplir la neglij encia de los obispos; pero

convie ne notar el modo diferente con qu e uno y otro proce–

den . Como el apostolado, ó sea el episcopado, fué institui–

do para reducir el mundo á la doctrina cristiana, predican–

do á las j entes, 'bautizámlolas, y desempeñando las demas

funciones, que corres ponden á los obispos y sacerdotes; y

cómo el obispo d esempeñaba la mayor parte de estas fun–

ciones por sí mismo, c uando estaba rodeado d e su pr.esbite–

río, á ntes de que se erijieran las parroq uias; si despues que

éstas tuvieron su sacerdote pro pio, fuera él neglijente en el

ejercicio de su ministerio, nada n1as natural que la interven–

cien del obispo para suplir la falta, ó hacer por sí mismo

eso que á ntes había practicado á presencia de su presbite–

l'Ío. Entónces tál derecho, aunque

extraordina·rio

y de cir·

constancias, a rgüía en el obispo un verdadero poder, poder

propio m yo; y libre era para hacer por medio de otro lo que

podía hacer por sí mismo.

De otro mod o hai que discmrir respecto del Sumo Pon–

tífice: porque cómo su P rimado no fué establecido para pre–

d ica r

y

bautizar, sino para que se conservase la unidad y se

evitase el cisma; su oficio propio, su atribucion directa sería

cuida r de que no hub iera perturbacion en la I glesia cristia–

na; de q ue los obi spos cumpliesen sus cargos; y de ordenar,

que en los ca;os de neglij encia,

ú

otros semejantes, fuesen

suplidas las faltas, y se tllantuvi ese el órden e n la observan–

cia de las r

eglas. Mas

como el Primado es tambien Obis–

po, puede d

esempefí.at·

, y efectivamente ha desempeñado

por este últ

imo respec

to, lo que le cumplía disponer y exi–

jir de otros por el prin1ero. Y como el derecho y poder que

Je conviene, es un derecho propio, un pode r suyo, en tales

casos tendrá lugar la máxima-obrar por medio de otro,

equivale

á

obrar por sí mismo. Por consig uiente, de lo que

1meda el obispo e n su diócesis, no se fo rma buen argumen–

to

á

favor del Pa pa en la I g lesia universal; lo que no quie–

ren ni pueden comprend er los de la Curia, ó que mayor sea

la distancia d e los párrocos á los obispos, que de estos al

Papa; y se habrá advertido, que a n uestros ojos aquella dis-

'

tancia no es enorme.