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13.
El Pánoco es el Sace1·dote ¡n·opio: lo que imp01·ta esta
palalwa.
Dispuso el Concilio sesto de París, que así como cada
ciud ad tenia su Obispo propio, cada basílica
tuviese tam–
bien su presbítero propio. L lamamos la atencion d e nues–
tros lectores
á
la palabra
propio,
que por si sola pue–
ce bastante para significar todas las funciones que corl'es–
ponden · á un párroco. Porque si él y no otro, es el sa–
cerdote propio .del pueblo cristiano
á
cuya frente se halla,
á
él' y no á otro le incumbe el desempeño d e sus funcione s,
ó el cuidado de ¡¡pacentar ese rebaño. Por eso, cuando el
Concilio Trid entino quería
pon~r
órden e n estas materias,
mandaba
á
los obispos, que "dividiesen sus diócesis en dis–
tintas parroquias, poniendo en cad a una un párroco pecu–
liar y perpetuo, que teniendo cerca
a
sus feligreses, pudie–
se conoce rlos,
y
del cual solo p udiesen estos recibir
líci–
tamente
los sacramentos. Amones'taba tambien iá los pas–
tores, á que residiesen en sus Iglesias,
y
les recordaba al
caso el manda
te
divino de conocer
y
apace ntar á sus .ovejas
en la administracion de los sacramentos,
y
demas oficios pas–
torales. Y tuvo cuidado de advertir, que todo ello se en –
tendía tambien respecto de los cu..as infe riores, y de cuan–
tos obtuviesen beneficio eclesiástico con cura de almas.
11•.
Es P ·relado,
y
Pasto•· o•·dinario.
En
el derecho canónico son numerado s los pá rrocos en–
t re los
prelados;
y Cleme nte 111 dió este nombre al sacer–
dote que presidia una I g lesia parroquial. Esto es mas claro
y deciSÍ\'0 que la sen tencia de Fagnano,
a
cuyo juicio, los
párrocos pueden llamarse prelados en sentido
lato.
E l doc–
to y erúdito Va nespen no dud a asegurar, q ue los catwnis –
tas reconoce n corrie ntemente
á
los párrocos po r prelad os
menore~.
Segun esto, los párrocos tienen por derecho propi o, y no
delegado, el réjimen esp iritual de sus parroquias, y son rec–
tores de ellas, bajo la dependencia y direccion de los obis–
pos; y por con sig uiente, hablando con .dicho escritor en el
lugar cit ado ei lenguaje de los canonista s, son
p astores or di-