Table of Contents Table of Contents
Previous Page  144 / 438 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 144 / 438 Next Page
Page Background

- 136-

lndistintamen'te una

y

otra potestad, asegurando que

Je·

sucristo concedió la misma á

los apóstoles,

y

en ellos

,

a

sus suceso·res en el sace•·docio.

Las propias palabras em·

pleaba al

tratar de la facultad d e perdonar pecados, con–

cedida

á

los apóstoles,

y

á

sus sucesores en el sacerdocio.

Son pues los presbíteros,

á

juicio del Concilio Tridentino,

sucespres de los apóstoles en el sacerdocio, ó en la potes–

tad de celebrar el sacrificio

y

perdonar los pecados. Por

otra parte; si la I glesia está fundada principalmente spbre

los apóstoles, no deja de habet· otras dignidad es estableci–

das por Jesucristo: "él ha dado apóstoles, profetas, evange–

listas, pasto¡;es

y

doctores, desempeñando

la~

funciones· d e

su ministerio en edificacion d e su cuerpo místico," segun el .

lenguaj e de S an Pablo. La presencia de los diaconas en e.l

senado d el Obispo no meng uaba por cierto el alto rango de

los presbíteros, que daban nombre al

senado-p•·esbiterio.

1O.

E!'eccion de las pa·rroquias.

Como al principio no eran tan numerosos los fieles cris•

tianos en cada ciudad, el Obispo podía d esempeñar por sí

mismo las funciones sacerdotales;

y

su celo se habría d ado

po r ofendido, de que presbíteros hicieran lo que él podí a,

fLlera de las circunstancias extraordinarias, en que por au–

sencia

y

otros motivos semejantes, tenia que dejarles este

cargo. Por eso, nada tiene de es trmio, que los cánones in–

culcasen con frecuencia

á

los presbíteros

y

diacones, que

nada hiciesen sin el permiso d e su Obispo;

y

por eso tam–

bien, al tomar la pluma

los historiadores para referir los

sucesos de esas épocas antiguas, presentan

á

los obispos

funcionando en todo,

y

como si al parecer no hubiera otros

sacerd otes en las Iglesias.

·

Pe ro el re baño cristiano se propagaba maravillosamente,

y

el Obispo se h allaba en la necesidad de dividirlo en una

misma ciud ad,

y

encarga

á

los presbíteros que le dieran

pasto; medirla que se hacia mas necesaria, cuando es esten"

di a fuera d e

la ciudad

á

la campaña;

y

entonces cada pres–

bítero tenia s u r ebaño propio

y

se llama ba

pastor.

Se lla–

maba tambien

plebano,

porque esta ba al frente de Ja plebe

cristia na; ó

cura.,

porq ue su oficio era cuid ar de ella; ó

p árroco,

cuando las poblaciones recibiei'On el nomb1·e de