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parroq uias. Mas inde pendientemente de esta ó aquefLt

denominacion,

p•·esbítero

era la palabra propia con que le

designaban· los antig uos cánones.

11.

O•·ijen diviuo de la attto,·itiad de los i>ánooos.

D igan a hora nnest1•os lectores, si la clivision del puebld

cri sbia no en pa rroquias, no les recuerda la division de dió–

cesis.

ú

obi spados, cuando fructificando el eva ngelio,

y

dila–

tándose la Iglesia en r ejiones, fué conveniente é indispen–

sa ble seña lar á ca.cla Obispo 'un territorio, p ara que ahí,

y

"" mas alJá, desempeñára cada cual s us facultad es, sino

ert

los casos imp revi stos y extrabrd inar ios de n ecesidad. Pues

bien: si los obispos no recibían su autoridad de la otra s upe–

r ior q ue hacia la demarcacion, ni por llamarse Obispo de·

u na d iócesis determinada, empe2aba entonces el episcopa–

do, como si fu ese institllcion humana; de igual modo y p ro–

porcionalmente, cua ndo los presbíteros r eciben ele

~u

Obis–

p(l)·estas

y

aquellas paHoquias, no empiez"n

á

tener·l"

ot.es–

tac1, ni de &u Obispo les viene la que al efeeto haya;n m.enes•

ter, cpmo si no la hubiese n recibido en su or denacion. An.

tes que hubiera parr.oquias, había J!lresbíteros c on potestad

a•nexa•á su grado; y la palabm episcol"al que daba ·!"xisten–

cia

á

las p anoquias, no la d a ba

á

los 'J!ll'esbíteros, como si

fner11n

a~tt<9¡-idad

nunca

•vi~ta

en la I g lesi-a, sino que e l

pr.es

bítero :que antes se halla ba al ]¡¡do de su O b:ispo, .era des–

pues

'Presbíte~·.o

.de phleblo •Ód e pa.t-roquia.

. , fl.emos notado poco ha, que cuando era red'ueido ó no

mui 1JU11!1e<•oso el •re baño cristiano, cada Obispo d esempe–

ñaba•las fJ;Jneio.nes sacerdotales, como si no hu biera

pTesbí–

ten·os .en las I-g lesias. Preguntamü$: ¿pensarían los

.ob~spos;

que la aub(l)ridai:l eon que ta les funci.ones pesempeñ·aban, les

:venia .de·l 'Pal]!la? ¿Po•· qué pues ha n de tenerl-a del Obispp

los

lJl\es>bí~eros

eticargados Q]e las par-roquias, cuantl<D en stt

pr.cle1nadion reci:bieron todo lo q ue h rubian menester .!"ara·.el

ex¡wto d esempeño de su -órden, en sen rie io del pu ebLo cris–

t iam<;>? S ueede respecto d e ellos, Jo c¡ue en los V iee-Presi·

d entes de nuestras Repúblicas, y los D iputad os suplentes

d el Congreso, que reciben de la leí,

y

no de aquellos cuya

falta su plen, la autoridad que entran á desempeñar. Sic¡uie–

r a, al tratarse de los obisp-os, ticnerí cuidado de disting uir

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