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pas,
no hai ra:zon que funde la uiferencia intentada por
la,
Curia.
2.
No pm_j,ulica que
á
veces los obispos·se llamasen pres·
biteros.-
Aunque no faltan ejemplos, d e que en los primeros tiem–
pos
de la Iglesia los obispos eran llamados
presbitm·os
al–
gunas veces, asÍ como los presbíteros tuvieron tambien el
nombre ele
obispos,
esto no quitaha que cada grado se dis–
t inguiese por su nombre propio;
·y
que cuando eran cles!g–
nados con uno corrfun, las circustancias determináran el
g t·ado
y
las personas ele quienes se h ablaba. Los padres han:
esplicaclo perfectamente la etimología de las palabras
obis–
po
y
presbítero,
creyendo que la primera significaba
super–
i11spect01·, super-intendente,
y
la segunda
anciano
ó
mayor-.
E l Dr. Estío dice, que la palabra
presbite1·o,
en su acepcion
'jeneral comprende á los obispos, así como en la especial á
los sacei'clotes.
·
3. Imp01·tancict del p1·esbiterado
ó
juicio de los Pacb·es.
Así como para formar verdadera idea de lo·s obispos, no
l1emos de mÍrarlos por lo que son ahora, sino por lo que án–
tes fue ron, decimos proporcional!nente lo mismo respecto
de los presbíte·ros, que ocuparon lugar al lado de los após–
toles, bajo la direccion
y
dependencia ele éstos
y
de sus su–
cesores. Los Santos Padres han habl:¡;do de la po·ca di stan–
cia que había entre los obispos
y
los presbíteros; pues estos·
tambien recibieron el encargo ele enseñar
y
presidir la Igle–
sia:, aventajándolos aquellos en la facultad el e
orden~r.
El
mejor modo ele ,justifica1· esta sentencia, será verificanuo
Sll
sentido, ó acreditando con la historia eclesiástica, que léjos
de ser esplicacion a>·bitrari-a, no· es mas que la pura relacion·
de hechos positivos.
4·.
Desacreditase el empeño curial en
sepc"·~vr
lrt potestad de
-
ó1·de1i
y
de ju1·iscliccion.
E mpecemos removiendo el obstáculo quel)resenta la Cu–
l'ia en el empeño de separar la potestad de órden
y
la cleju·-