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-1Q3-'-

55. i\llulliplicacion de los Obispos

in par tibus.

Uno de los motivos porque ha ll egado

á

perder no poco,

en el concepto de los pueblos, la dig nid ad episcopal, es l<t

multiplicacion de los obispos que se llaman

titula res,' y

á

quienes un moderno escri tor no dudó ca li fica r de

supmfe–

taciones episcopales.

E l

pad r_e j esuita Anclrcucci niega eu

su obra

de

episCOJJO

titulcwi,

que en la primitiv a

J~lesia

hu–

biese obispos titulares;

y

alega el testimon io el Arzob ispo

de Granada en el Conci lio Tridentino,

.y

e l de Fagnan o.

O bserva igualmente, q ue si á juicio d e otros autores, hubo

tales obispos, fué respecto de los ordenados sin título, ó d e

otros semej antes. C reia el sabio Benedicto

XIV

que " no .

<lebian num erarse entre los obispos

in pm·tiúus

los patriar–

cas que tenían esperanza d e ocupa r sus sed es; y que obis–

pos

in pm·tibus

eran en realidad aquellos, cuyas Ig lesias

se1·ía mui clincil r ecuperar, y que sirven ele pmo título para

q ue se conserve su memoria en la posterid ad ." Pero seme–

jantes obispos, digamos nosotros, obispos

instituidos para

conservar la memoria de unas I g lesias en que no pueden ser–

vi r., están de 1nas en la "liña del $eñor.

E n prueba de que los obispos

titu lares están mui

lej os

de r ecomendar la autoridad e piscopal, cuando e l citad o Pa–

pa Bcnecl icto quiso hacer Obispo

in pa•·tiúus

á un Ca rde–

nal, temió que la C uria reputase á los

i'll

prwtiúus

por indig–

nos d e asociarse á la dig nidad carcl enali cia, y e ntrando en

discusion manifestó, que nad a había de ind ecO I'OSo, pues

los obispos titulares tenian e l mismo carácter que los obis–

pos residentes. Obispos,que daban lugar á estas cuestio·

nes, no aparecían ciertan1ente con distincion en la Iglesia

cristiana, Por eso, cua ndo no los recomiendan cualidades

per sonales, representan papel d esairado, ó se manejan d e

mod o, que su conducta los puede acred itar en Roma, es

d ecir, olvid arse de la patria en que nacie ron, y ser una espe–

cie de

Nuncios di.'![ra2ados,

seg un laespresion de un escritor .

'

56.

Las solitas,

o dej emos pasar una de las muestras de la

degradac~on

de lo obicpos ante el Papa;

y

consiste en las gracias

y

!icen-