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gado el p ,ltriarca con sus obispos, el Papa Euj enio IV le .
envió una comision para decide, que no se desdeñase de
saludar al Papa como los demas lo hacían, besándole los
piés. Contestó el Patriare,,, que •:él no poclia aprobar se–
mejante costumbre, y que no consentiría en otra fórmula
de salutacion, '}Ue la que indicaba la naturaleza á los her–
manos-abrazarse." Despues que se 1'etiraron los obispos
de Eujenio, dijo á los suyos el Pau·iarca-"¡cuando se me
babia de ocurrir, ni aun en sueños, tai pretension!" Por la
tarde recibió
el
Patriarca otra legacion, que insistía en el
primer propó sito, y le dijo entre otras cosas-"¿los apósto–
les se hincaron
al~una
vez ante San Pedro, y le besaron los
piés? ¿Vosotros lo oistes decir alguna vez?" Volvieron los .
obispos latinos irisistiendo en la misma pretension, y miran·
do como imposible, que el Papa hubiera de ¡1rivarsc de
unos honores, que todo el mundo le hacia. J'tespondió el
Patriarca-'·si
e'l
Papa no desiste, yo tampoco mudaré d e
propósito;· y será mejor que piense en mi regreso, para evi–
tar otras afrentas." A l fin el Papa tuvo que -eeder. Las cir–
eircuu stancias de este acontecimiento lo hacen llegar
á
un
g rado intol erab le. Los obispos griegos no
b~saron
los piés
al Papa, como le besaron los latinos: ¿cuáles de ellos eran
mas dignos suceso res de los apóstoles á
los ojos de la
Iglesia?
53. El priucipado tem:poTal del Papu, le apa·rtó mas de los
Obispos.
Por encumbrada que se hallase la autoridad del Papa,
por ser Papa, algo e ra una. corona al lado de la tiara; y
mucho era para abatir á los obispos, pon er al Papa entre
los so beranos, de quienes son,sú bditos ac1uellos.
54·. Los Obispos-pTelados dornestieos,
y
asistentes al solio
del Papa.
Bajemos a hora la vi sta para mi rar
á
los obispos.' Los
obispos son h echos prelados domés ticos del Papa, y asis–
tentes ;, su sacro solio. ¡Un Obispo prelado doméstico del.
Papa! ¿Aigun A póstol lo h abria sido d e San Pedro?