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le pareciese mejor.'' Al hablar S6crates <l e ]¡,¡variedad de ri –
tos en las Iglesias, y de que ninguna de ell asten ia las misma s
ceremonias, observa, que "ello no servi>t de obstáculo
á
la
profesion cle una misma fé." Consultado el Papa S. G regorio
:Magno por el O bispo Agusti n, con motivo de la variedad de
cos tumbres q ue notaba e n las Iglesias, le dij o, que "elijiese
las mejores, ya fuese n de la Ig lesia Romana, ó de la Gali–
cana, ó de otra cualquiera; pues no clebian estimarse las
cosas por los 1ugares, sino los lugares por las cosas." Hasta
e n el siglo XI el Pa pa Leon IX decia asi:
" la variedad de
cos tumb res, segun los tiempos y luga res, no pe•judica
á
la
salud de lo' creyent.,s, cuand o todas son recomendables an–
te Dios por la unidad ele la
fé ."
Ahora bien : si las ig lesias ha n podido tener costumbres
laudables, nadi(puede disputar al O bispo la pri ncipal par–
te en ellns, con ig ual poder al que dejaba S. Gregorio á
Agustin, apóstol de lnglate l'l'a, para que eligiese entre mu–
.;;has la que le pareci ere mejor y mas piadosa; ó con el que
reconocía en sí mismo Sa n A mbrosio, para practicar en sn
I glesia lo que le pareciere mas co nveniente.
~27 .
Arg11mento de La Curi.a.
.El monje Gr;¡ciano cscribjó sente ncias, por donde se
conociera la obligacion que tenian las iglesias de conformar–
se con las costun\bres de la Iglesja Romana . El sabio B e–
nedicto XIV al tratar del ruego
f)UC
haga n los Obispos
á
la
Santa Sede, para
f)UC
exima
á
sus diócesis d e la observan-·
cia de algu n estatuto jeneral, q ue aunque útil
á
la mayor
port e de ht$ provincias, no lo es para algunas, se espresa así:
"si la Silla apostólica, desplles de oidas to das las ra zones,
permanece en su primera sentencia, los obispos obedezcanla
con prontitud,
y
mándenla observar en sus iglesias; porque
el modo insolente de espresarse, haría culpable al que por
otra parte defienda buen derecho en cuanto
á
la sustancia."
::28.
Conlestaeion .
.Nada Lieue de cstraíio, que Graciano pusiese en su
De–
creto
~entencias
favurablcs
á
,las pretensiones curiales,
á
cu–
yo
triunfo ha contribuido mas que ninguno, dcspucs rl e Tsi-