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tierras ; cultivan las mejores de su cuenta;
y
aprovechan en sus
usos
el
producto, extrayendo mucho de él fuera del Reyno :
ya
sea
á
disposicion de los superiores estrangeros, ya sea por luxo
ó
vestuario de bayetas , anascotes,
paño~
, que en gran parte
vienen de fuera, comidas quadragesimales , gastos en Capítulos,
y
en la Curia Romana , &c.
1
o
8
6
No puede negarse, que miémras la agricultura esta–
ba pujante en tiempo de los Reyes Católicos y de Cárlos
I,
nues-
c
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E
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.
1
tras manuracturas surt1an a as n 1as , a a
spana m1sma , y a
o-ran parte de Europa y
A
frica;
y
los caudales de aquellos Paises
~enian
á recompensar la industria de nuestros .labradores
y
ar–
tesanos. Las tropas sacadas de entre los robustos labradores eran
· irresistibles en rodas las· partes del mundo; y seis mil hombres,
como dice Trajano Bocalini, hechos á vencer en qualquier
com~
bate ; hadan temblar á sus enemigos en todos los ángulos de
la tierra.
; o
87
Las Cortes de Valladolid de
1
54 5
testifican que
nuestros fabricantes hallaban tanto despacho de sus manufactu–
ras, y era tan activo
el
comercio de la Nacion, que algunos de
ellos tenian ajustados con andcipacion de seis años los géneros
de sus
fábricas.
1
o
8 8
·· La agricultura
há
decaido :
las
glorias de la Nacion
se hán obscurecido. Pregunta ahora
el
Fiscal ¿ si esto nace de
ser la Nacion perezosa, como dice
el
R. Obispo ,
ó
de otro vi–
cio interno, que la há hecho enfermar?
Si
ahora es perezosa,
como supone ; ¿por que no
lo
era en tiempo de los Reyes Ca–
tólicos
y
de Cárlos
I?
puesto que
el
clima no há mudado , ni la
.naturaleza há degenerado ?
1
o
8
9
La verdadera causa consiste , en que las tierras
hán
ido cayendo en las manos-muertas ; las familias seculares se hán
vuelto jornaleras, y labran ya como mercenarias, porque al fin
no labran para sí; y á otras no les há quedado que labrar, por–
que las Comunidades y la Mesta , que tanto alaba
el
R. Obispo,
por ir en todo contra
el
sistema público, hán reducido
á
dehe–
sas y habitacion de bestias los que ánres habian sido campos la–
brantíos
Ó
de pasto y labor ; reduciéndose
á
mendígos
los
que
en
el
tiempo floreciente les cultivaban como labradores, porque
se les quitaron las
rier~as,
en que se empleaban, lueg·o que las
Comunidades, en quienes recayeron por fundaciones, heren–
cias
y
compras en años calamitosos, las reduxeron
á
puro pasto.
Há
mas de siglo
y
medio ..
que
el
Reyno junto
en
Cortes está gri-
Rr
tan-