V. D. Juan de Palafox , que jamas disput6 estas concesiones,
y
su zelo lo reduxo á que los millones no se cobrasen sin ellas, si–
guiendo la doctrina del Can6nigo Juan
"Gutierrez,
contra la qual
escribi6 el Sr. D. Juan del
Castillo
y
Sotomayor
varon doctísimo;
en cuya comprobacion hay mucho que decir, y se omite por no
entrarse en digresiones inútiles; como lo es para
el
punto de
amortizacion la cita del V. Obispo de Osma.
108
:z.
Pero á falta de buenos y s6lidos fundamentos inme–
diatos, se suelen mezclar otros asuntos diferentes , para distraer
al lector del hilo y série de la materia , ofuscándole en ella con
especies estrañas: arbitrio, aunque no muy" ret6rico, demasiado
comun en aquellas qüestiones , en que obra mas
el
empeño,
. que la persuasion del que escribe; y así proseguirá
el
Fiscal hu..
yendo de caer en igual nota.
.
1
o
S3
L1
segunda ilacion
es
:
que aun contribuyendo las
manos-muertas con Millones , Subsidio y Escusado , la fuerza
de la Monarquía no se há recobrado , ántes la despoblacion y
la debilidad ván en aumento.
A
esta progresiva pérdida de fuer–
za nacional es consiguiente la inferioridad en los combates, y
que la victoria se ponga de parte de nuestros enemigos; pues
por lo comun favorece
á
los mas fuertes
y
poderosos. Antes de
1~
época que señala
el
R. Obispo, babia empezado ya á decli–
nar la Monarquía , y su declinacion há seguido constantemente,
y
cada vez con impulso mas precipitado : con que es señal clara
de que subsiste la causa que la produce. La fuerza de un Esta–
do está en la agricultura, porque ella es la que aumenta la
po–
blacion, la alienta, produce materias para las artes, y dá so–
brames que exportar del Reyno, para ganar en la balanza mer–
cantil con otras Naciones: atrae las arres , porque los víveres
son mas baratos , y suficientes jornales mas conos , para mante–
ner
á
los artesanos.
1
o
84
De modo que en un Estado puede encarecerse todo
por
el
demasiado cúmulo de riqueza, envileciéndose la moneda,
signo comun de las mercancías. Esta decadencia amenaza á los
1
muy prosperas.
1
o
8
5
El otro medio de decadencia resulta , de que la falta
de mercaderías y producciones extrae fuera
el
signo comun ; y
esta situacion decadente es
b
que agora
el
Estado, y lo pone en
su languidez :
b
qual jamás puede verificarse en los Pueblos don–
de florece la agricultura, y las tierras permanecen en los segla–
res; pero es muy comun donde las manos-muertas poseen las
der-